viernes, 5 de diciembre de 2014

24.- CASA PALAZÓN - C/ Purísima. Fortuna



Desde el punto de vista del modernismo Fortuna es una de las localidades de la Región de Murcia más interesantes, por la calidad de las obras modernistas que alberga. 

Las dos más interesantes se encuentran, una al lado de la otra, en la céntrica Calle de la Purísima, y son las únicas que conocemos en la provincia cuyos propietarios originales fueron indianos, nombre que se les daba a aquellos que fueron a “hacer las Américas” entre finales del XIX y principios del XX.

Hoy presentamos la Casa Palazón o Colegio de las Monjas, nombres por los que se conoce a la actual Convento de las Hermanas del Cristo Crucificado, que se establecieron en el inmueble en 1960, para dedicarlo a centro de enseñanza de niños entre 3 y 5 años, y que fue inicialmente la residencia del matrimonio formado por Juan Palazón Herrero y su esposa María Pagán Palazón.


Estos habían regresado, hacia 1901, a su ciudad natal desde Buenos Aires (Argentina), lugar donde habían hecho una gran fortuna gracias al comercio, dejando al frente de sus negocios en ultramar a José Palazón, hermano de Juan.

Era muy común que los indianos que regresaban a su tierra natal desearan hacer ostentación de la riqueza obtenida, mandando construir grandes mansiones señoriales. Esta costumbre fue muy frecuente en el norte de España, particularmente en Galicia y Asturias, pero no tanto en otros lugares de España. 

Juan y María hicieron lo propio, y al poco tiempo de regresar a Fortuna, empezaron la construcción de un lujoso palacete modernista, obras que finalizaron hacía 1906, y que fue en su vivienda habitual hasta su fallecimiento.

Miembro destacado del Partido Conservador en su facción "ciervista", Juan Palazón ganó las elecciones locales de 1914 siendo nombrado Alcalde de Fortuna. En 1919 también ganó un escaño como Diputado provincial por el mismo partido, dentro de la Candidatura Monárquica.

María Pagán falleció en su localidad natal en 1920, y la última noticia que tenemos de Juan Palazón es una reseña aparecida en la prensa, en donde se habla de su detención en octubre de 1936, por parte de las Brigadas de la Policía de Retaguardia de la República.

El matrimonio no tuvo descendencia, y en su testamento legaban su vivienda al pueblo de Fortuna, para que fuera usada como centro de cultura. 

En cuanto a su arquitectura, la vivienda muestra una fachada modernista, en la que destacan las embocaduras de los huecos y la forja de los balcones. 

Puerta de acceso al patio, en donde se puede observar en
la parte superior las iniciales "JP" de su propietario
Pero lo más llama la atención, una vez se traspasa un bella puerta de madera con vidrieras policromadas, es el patio interior neoárabe, que inevitablemente recuerda al balneario de Archena, o a la Casa Zapata de Cartagena, lo que nos hace pensar que fue una colaboración entre el arquitecto Víctor Beltrí Roqueta, y el gran decorador y escayolista Anastasio Martínez Hernández, del que por cierto, se acaba de presentar una magnífica tesis doctoral por parte de su bisnieta María Luisa Martínez León, y que esperamos pronto sea publicada en forma de libro.

Magnífica fotografía del patio neoárabe
(Autor: José Antonio Rodríguez)
Gracias al cuidado de las monjas, creemos que este es el inmueble mejor conservado en su conjunto que existe en la provincia, pues además de haberse respetado el exterior y el interior (salvo el salón de baile que al parecer perdió sus pinturas originales al ser convertido en capilla), conserva también cristalerías y vajillas (marcadas con las iniciales de los propietarios), así como mobiliario y otros enseres originales que pertenecieron al matrimonio Palazón Pagán.

Detalle de la decoración de uno de los techos
Precioso sombrerero-paragüero modernista,
original del edificio
Una pequeña joya, muy poco conocida, y que queremos destacar como ejemplo de que, si se quiere, es posible preservar el patrimonio. 

Siempre hemos mantenido que la mejor forma de conservar un inmueble es dándole un uso práctico, y eso es lo que han hecho las Hermanas durante más de 50 años, a las que quiero agradecer públicamente su labor.