viernes, 8 de septiembre de 2017

81.- PALACIO DE AGUIRRE - Plaza de la Merced, 16 (antigua Plaza de la Constitución, 10). Cartagena



El Palacio de Aguirre, ubicado en la esquina que forman la plaza de la Merced y la calle de San Diego, es uno de los más bellos edificios modernistas de la ciudad, y una de las obras maestras de Víctor Beltrí. 

En marzo de 1898 el rico minero D. Camilo de Aguirre y Alday solicitó licencia de obra para derribar una casa que poseía en el número 10 de dicha plaza, para a continuación proceder a construir un nuevo edificio. 

Para ello encargó el trabajo a Beltrí, que había adquirido gran fama con la reforma del Casino y con la obra que estaba realizando para Serafín Cervantes. 

El arquitecto realizó varios proyectos antes del definitivo. Aún así, éste fue modificado a su vez durante su construcción. Es una buena muestra de como a Beltrí improvisaba sobre la marcha, hasta que el resultado final era del gusto del propietario y del agrado del arquitecto.
Planos del Palacio de Aguirre fechados en Agosto de 1898.
Se puede observar que el edificio proyectado era de diseño bastante clásico
(Original en el Archivo Municipal de Cartagena)
En los planos del proyecto de Enero de 1900 se puede ver un diseño
que se aproxima bastante al edificio que finalmente se construyó
(Original en el Archivo Municipal de Cartagena)
Así el primer proyecto, que data de 1898, era mucho más ecléctico y estaba lleno de referencias clasicistas. El segundo realizado en 1899, incorporaba numerosas modificaciones, aunque no era el definitivo, ya que en el curso de nuestras investigaciones hemos encontrado otras memorias del edificio, así como planos, fechados unos el 12 de agosto de 1898 y otros el 8 de enero de 1900. En medio hay un escrito de la inspección sin fecha ni firma, en el que se ruega encarecidamente al arquitecto a que haga una modificación del proyecto original, ya que lo que se está construyendo no se parecía en nada a lo aprobado en su día. La modificación consistió en una reducción del número de huecos de las fachadas y en las primeras crujías correspondientes a ella. 

Tras esta última corrección Beltrí acaba realizando a una obra completamente modernista y muy avanzada para su época, cuyas obras finalizaron el 23 de junio de 1901.
Extraordinaria fotografía en la que se puede observar
el Palacio de Aguirre en plena construcción
Aspecto de Palacio al poco de terminar las obras,
 en una postal coloreada de la época
(Colección B. Lassere nº 13)
El edificio consta de semisótano, entresuelo, planta noble, segundo piso y ático, éste apenas perceptible desde el exterior. El arquitecto aprovechó el emplazamiento de extraordinarias posibilidades visuales y levantó, en la misma esquina, una sobresaliente torre, rematada por una brillante cúpula, que sirve para salvar la transición entre los dos frentes del edificio, adornada con un mirador a la altura del primer piso. 

Detalle de la cúpula 
A partir de esta torre se despliegan sendas fachadas asimétricas que dan a las dos calles. Dichas fachadas están profundamente decoradas con motivos cerámicos de aire rococó a base de motivos florales, dragones y angelotes, así como abejas esquemáticas en relieve en la torre. El motivo no está del todo claro, ya que pudiese ser un símbolo de la laboriosidad del propietario o que tuviese connotaciones masónicas Dichas abejas son idénticas a las que su profesor en la Escuela de Barcelona Josep Vilaseca había utilizado en el edificio que proyectó para los “Talleres Vidal”, así como en la rejería de otras diversas obras. El empleo de palmetas y flores le dan un aire ligeramente oriental. 


Imagen antigua de los "Talleres Vidal" en Barcelona. Se puede observar
a ambos lados del balcón principal el símbolo de la abeja englobada en un círculo


Los materiales utilizados en la fachada fueron: piedra dura caliza pulimentada en el zócalo hasta la línea del entresuelo, piedra de Novelda en todos los elementos decorativos y ladrillo agramilado para los entrepaños. En el interior la construcción es de entramados verticales de viguetas de acero rellenado de ladrillo ordinario y hormigón en todas las paredes, en especial en las del semisótano. Resaltaba el arquitecto en la memoria del proyecto, las condiciones higiénicas de la nueva mansión, con todas las habitaciones aireadas e iluminadas de forma directa, así como la novedad de los escusados con “sistema Dultón”. 

El Palacio de Aguirre es de perfecto acabado hasta en el más mínimo detalle. Digna de resaltar también es la integración en él de todas las artes decorativas dentro del más ortodoxo espíritu modernista: cristaleros, pintores, carpinteros, ceramistas... 

Si es destacable el exterior del edificio, no lo es menos el interior del que sólo se conserva en su estado original el vestíbulo, la escalera, el salón y el despacho, ya que en una de las últimas reformas se suprimieron y transformaron de forma irreversible ciertas dependencias, incluyendo la eliminación de la mayoría de las numerosas chimeneas que poseía el edificio. 

La puerta de la calle tiene dos hojas de madera y cobre bellamente trabajadas. Está firmada por la “Casa Amaré”, con la que ya había trabajado en el vestíbulo del Casino, y probablemente también en la “Casa Cervantes”. 

El vestíbulo principal es un patio de luces acristalado al que se abren los balcones del pasillo. Sus cristales modernistas de gran calidad, están grabados al ácido y reproducen amapolas en flor. De este vestíbulo arranca una escalera imperial con balaustrada de tubo trazando latiguillos. 



El salón de baile conserva las pinturas del techo, en forma de lienzo adosado, obra de 1901 del magnífico pintor Cecilio Plá y Gallardo (1860-1934), que representaban una alegoría de la Primavera. 

Diseñado también por los hermanos Amaré, estaba realizado en estilo modernista rococó, que era denominado Luís XV en la revista “Blanco y Negro” en donde fue reproducido, documento que en su día fue descubierto por Juan Ignacio Ferrández, cronista oficial de Cartagena: 


“Un verdadero modelo de salón Luís XV es el que presentamos a nuestras lectoras, construido por los Sres. Amaré para un capitalista de Cartagena. 
Todo el decorado es blanco y oro. El medallón del techo pintado al óleo por nuestro distinguido colaborador Cecilio Plá. Las paredes están forradas de damasco color salmón. Las colgaduras son de tela rameada color crema con bandeaux bordados sobre terciopelo de seda. Las puertas están decoradas con lunas y tallas también en blanco y oro.
Todos los muebles son tallados y dorados, y los aparatos de luz, de bronce y oro.” 

Contiguo a este salón hay un saloncito que corresponde con el mirador de la rotonda. El despacho, o salón alfonsino, es de una elegancia victoriana, estando paredes y techo recubiertos de madera y dibujos dorados que destacan por su belleza y le dan un cierto aire oriental. La helicoidal escalera de servicio es de estilo modernista. 


Capilla del Palacio en la que contrajo matrimonio en 1911 el hijo menor,
Francisco de Aguirre Fernández con María de Zulueta de Isasi 
La capilla es de estilo neogótico, con vidrieras realizadas en 1902 por la “Casa Dragant” de Burdeos (Francia). 



También digno de reseñar es el trabajo de forja de hierro de los balcones exteriores, así como de los interiores, realizados en metal dorado de formas modernistas. 

El Palacio Aguirre dio a Cartagena un aire de modernidad acorde con el nivel de la rica burguesía minera, convirtiéndose desde su construcción en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. 

El Palacio Aguirre ha tenido numerosos usos desde que dejó de ser vivienda: estudio de radio, casa de Falange (1944), despacho ministerial de D. Ricardo de la Cierva (1980), Delegación del Gobierno de la Región Murcia o sede del Centro Histórico Fotográfico de la Región de Murcia (CEHIFORM). 

En el año 2001 fue elegido para el comienzo de la visita oficial del Príncipe de Asturias, realizada con objeto de la inauguración de la nueva sede del Real Club de Regatas.

En 2009 ha acabado acogiendo, junto con un edificio anexo, también obra de Beltrí que ha sido terrible e incomprensiblemente alterado, el Museo Regional de Arte Moderno (MURAM), pudiéndose en la actualidad visitar su interior. 

Con fecha 1 de febrero de 1982 fue declarado Monumento Histórico Artístico de carácter nacional. 

D. Camilo de Aguirre y Alday
(Imagen propiedad de la familia de Aguirre de Zulueta)
Camilo de Aguirre y Alday, [Bilbao, 1839 - Alicante, 1916]

Tras realizar estudios como Ingeniero de Minas, en 1872 se trasladó desde Bilbao a Cartagena para hacerse cargo de la gestión de diversas minas de sus propiedad, de las que se extraía plomo argentífero y carbón, llegando a ser uno de los grandes propietarios mineros de la zona. 

Junto con sus hermanos y un cuñado, constituyeron sociedades mineras, caso de las llamadas “San Hilarión” y “Dulcinea”, de las que eran casi los únicos partícipes. Además, formaba parte del accionariado de otras muchas sociedades. 

En solitario fue propietario de las siguientes explotaciones mineras: "En el Tranvía", en La Unión (plomo); "Trinidad", en Mazarrón; "Candelaria", "Las Muñecas" y "Virgen de Begoña", todas ellas en el término municipal de Cartagena. Se dice que era dueño de un tren con el que se desplazaba a controlar sus explotaciones.

Con todos estos negocios logró una gran fortuna que, en buena parte, invirtió en la construcción en Cartagena del Palacio que lleva su nombre.

Destacado miembro de la Cámara de Comercio, impulsará desde la misma, el movimiento regeneracionista, que más tarde lideraría, entre otros, Joaquín Costa. En esta línea, en 1901, participará en la creación de la Unión Nacional, órgano político de aquellos intereses. Fue accionista del Banco de Cartagena.

Dª Vicenta Fernández Combarro
(Imagen propiedad de la familia de Aguirre de Zulueta)
Fue un gran benefactor de la ciudad de Cartagena y de sus instituciones de caridad, especialmente en la “Casa de Misericordia” (de la que llegó a ser Director), y en la “Casa del Niño”, construida en terrenos cedidos gratuitamente por él.

Fue vocal de la “Tienda-Asilo de San Pedro” y miembro de la Junta Parroquial del Sagrado Corazón de Jesús.

Hacia 1902, financió con 5.000 duros la construcción del altar modernista, al aire, de la Iglesia de San Diego de Cartagena, hoy desaparecido.

Casado con Dª Vicenta Fernández Combarro (Bilbao, 1839 - Cartagena, 1912), tuvo nueve hijos (Luís, Trinidad, Antonio Manuel, Camilo, Caridad, Vicenta, Ricardo, Ramón y Francisco). Entre ellos destacaron: Luís, que llegó a ser alcalde de Cartagena a principios del siglo XX, y Camilo, quien continuó los negocios de su padre, llegando a ser Presidente del Sindicato Minero y Director de la publicación “Revista Minera y Metalúrgica”.

D. Francisco de Aguirre Fernández (Cartagena, 1882 - Madrid, 1947)
(Imagen propiedad de la familia de Aguirre de Zulueta)
Agradecimientos: 
Quisiera dar públicamente las gracias a los descendientes de Camilo de Aguirre y Vicenta Fernández, y muy especialmente los miembros de la rama de Aguirre de Zulueta: Natalia Carlota Novillo Salafranca, a Begoña de Aguirre de Zulueta y a Paloma Salafranca de Aguirre, por facilitarnos las imágenes inéditas de sus antepasados, así como permitirnos publicarlas.

Así mismo a José Antonio Rodríguez (jarm) por permitirme usar sus esplendidas fotografías para ilustrar esta entrada.


Fuentes 
  • Archivo Municipal de Cartagena. Legajos: CH00891 (derribo de una casa); CH02666 (primer proyecto); CH02666 (segundo proyecto); CH01703 Exp. 2 (tercer proyecto).
  • Revista “Blanco y Negro” de 13 de junio de 1904.
  • Web "My Heritage". Árbol genealógico de la familia

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