En la comarca del altiplano
murciano existen un número notable de obras modernistas que fueron mandadas
construir por los propietarios de las bodegas de la zona, que se habían
enriqueciendo a raíz de la plaga de filoxera que arrasó, primero con el viñedo
francés y pocos años más tarde con el de la Rioja.
Una de estas muestras modernistas
la encontramos en Jumilla. Se trata de la que fuera antigua casa de D. Nemesio
Vicente Olivares, y que hoy en día alberga el magnífico “Restaurante de Loreto”,
que actualmente regentan las hermanas Eva María e Irene López, actuales
propietarias del inmueble. Desde aquí quiero agradecer a Eva María toda la
información y fotografías que amablemente me ha cedido, y recomendar a todos
los lectores que no dejen de visitarlo.
El edificio enseguida llama la
atención por los abigarrados adornos vegetales que adornan los huecos, y que
son idénticos a los de se pueden ver en otros edificios de la provincia, tales
como la Casa de los Condes de Arribas en Cehegín, o la Casa de Simón García en
Murcia. Ignoramos completamente quien pudo ser su autor.
Detalle de la moldura modernista de un balcón de la Casa de los Condes de Arribas (Cehegín), idéntico a los del Restaurante de Loreto (Jumilla) |
Imagen antigua de la casa, antes de su restauración. Como puede observarse, se ha respetado al máximo el aspecto original del inmueble. |
Por lo que nos cuenta Eva María,
es posible que el aspecto actual proceda de una reforma modernista de un
edificio de planta baja que hubiese incluido la construcción de la planta
superior, ya que los muros de esta son bastante más estrechos que los de la
planta inferior.
Cuando uno penetra en su interior
puede ver el resultado de una magnífica restauración de un edificio que estaba
prácticamente destruido cuando fue adquirido por la familia López hace una
veintena de años. La idea inicial fue la de proceder a su rehabilitación para
que sirviese como vivienda, pero como las obras quedaron paradas por un tiempo,
finalmente optaron por convertirla en restaurante hará unos nueve años. La
casa se la encontraron separada en dos plantas independientes, con lo que el
trabajo para comunicarlas fue arduo.
Cuando uno penetra al interior
enseguida le llama la atención una vidriera de coloridos cristales que ocupa
todo el techo de la planta superior y que, aunque lo parezca, no es el
original. Lo que se existía originalmente era el hueco del lucernario, y fue su
madre la que hizo los cristales pintándolos por las noches durante un par
veranos.
Para acceder a la planta superior
se construyó una escalera curvada en la que instalaron una preciosa barandilla
de hierro que la familia guardaba de su anterior vivienda. Este tipo de
barandilla, que se utilizó mucho durante el modernismo, era un modelo de la fundición
gallega de Joaquín Fernández Lema. De hecho se la puede encontrar en algunas de
las mejores casas modernistas que hay en España, como por ejemplo, en la Casa
Diaz Cassou de Murcia.
Los adornos florales del
interior, idénticos a los del exterior, son en su mayoría originales de la casa.
La madre de las propietarias los reprodujo para sustituir los dañados por la humedad
y además poder unificar ambas plantas, puesto que al haber estado separadas,
las decoraciones habían quedado desparejadas. Eva María me manifiesta que recuerda
de pequeña, haber participado de la elaboración de los moldes, de los rosetones
y demás escayolas de los pasillos. “Han
sido muchos los procesos artesanales de los que hemos participado la familia en
el interior y exterior del edificio” añade Eva María.
El propietario original, D.
Nemesio Vicente Olivares [Jumilla, 1895 - Jumilla, 1944], fue un terrateniente
agrícola y propietario bodeguero. Perteneciente al Partido Unión Patriótica, ocupó
el puesto de alcalde de esta localidad al menos desde 1929. Durante su
mandato se construyó la Casa Cuartel de la Guardia Civil y una plaza de
mercado.
Al iniciarse la Guerra Civil sus
fincas fueron incautadas, así como su domicilio particular que fue saqueado. Allí se instaló primero el Sindicato de la Aguja, para la confección de
prendas militares, y después la Escuela de Caballería. Al ver que su vida
corría peligro huyó a Madrid, en donde fue detenido, ingresando en la cárcel de
Porlier, de donde fue trasladado al reformatorio de Alicante, en donde estuvo
retenido hasta que fue liberado por las tropas nacionales.
El valor pericial de los daños
sufridos fue de diez mil pesetas de la época, que fue lo que costó la reparación
de su domicilio, y de otras cincuenta mil pesetas por los daños en las fincas.
Al parecer falleció en 1944.
Sus descendientes son los
actuales dueños de “Bodegas Casa Castillo”.
Fuentes
- Abarca López, Pedro “Miscelánea Jumillana”
- Archivo Histórico Nacional: “FC- CAUSA GENERAL, 1066, EXP.6. Asunto: Relación de daños sufridos en la dominación marxista. 22/7/1943”
- López, Eva Mª. Testimonio personal
- Revista “Flores y Naranjos” Enero, 1929. Página 66. Murcia.