El auge de las exportaciones de este condimento unió en 1916 a los
empresarios de la localidad, que deciden crear esta institución para que fuese la
sede social y el centro de reunión de esta nueva clase pudiente. Ese mismo año
se instalaron en un edificio alquilado, siendo su primer presidente Francisco
Flores Guillamón, formando parte de su constitución las familias Albarracín,
Fuster y Cano, entre otras.
A finales de 1918 los socios deciden construir la nueva sede empezando las
obras que avanzaron a buen ritmo. Así el 4 de febrero de 1919 el periódico “El
Tiempo” se hacia eco de las obras del edificio que se estaba construyendo “a la moderna”:
Bella rejería modernista de la fachada principal |
El edificio, inaugurado el 16 de febrero de 1919, y del que se ignora su autor, aunque bien pudiera ser obra del arquitecto José Antonio Martínez Rodríguez, es bastante sencillo: de planta rectangular con la fachada principal construida en ladrillo y piedra artificial, en la que se observan ciertos detalles modernistas.
Imágenes antiguas del Casino |
Detalle de una de las columnas de la fachada |
Por medio de una pequeña escalera ubicada en el centro de la fachada, se
accede al salón principal, que tiene elementos de decoración clasicista, tales como
las hornacinas decoradas con copas, aunque lo más destacado es el artesonado del
techo realizado con madera canadiense.
Salón principal |
El patio central actualmente está cubierto por una cristalera, aunque
originalmente se encontraba abierto. Si rodeamos este patio encontraremos dos
salas de juego y un bar, para uso y disfrute de los socios.
Tras el bar hay una cocina, que da acceso a una pequeña escalera que lleva
a una habitación superior, que sirvió de vivienda al conserje que se hacía
cargo del Casino.
El Casino pronto se convirtió en el centro cultural de la localidad, sucediéndose
en él recitales poéticos de intelectuales, conciertos de piano, bailes de
carnaval y fiestas diversas que dieron un gran dinamismo a Espinardo.
Durante la guerra civil el Casino pasó a ser la sede de la UGT y terminada
la guerra, ya en la década de los cuarenta, vuelve a retomar el uso inicial
para el que había sido construido. Es en esta época cuando vive sus momentos
brillantes, nombrándose una nueva Junta directiva. Durante las décadas de los
cincuenta y los sesenta mantiene un buen nivel de actividad, hasta que en los
setenta empieza el declive, al igual que sucedió en otros casinos de la
provincia, motivado porque el hecho de que los jóvenes perdieron interés en estos
locales, ya que los ven como algo caduco y de otra época.
A partir de ese momento la pérdida de la masa social fue muy relevante,
pero a partir de 1994 se intentaron nuevas propuestas, y se le da otro enfoque
más moderno con objeto de revertir la situación.
Ese año la nueva Junta directiva del Casino decide acometer numerosas
reformas en el deteriorado edificio, que durante tantos años había estado
abandonado. Se reforma el suelo de mármol, el zócalo de la fachada, el techo,
el tragaluz del patio central, se pintan las diferentes dependencias y se
cambian algunas puertas.
Hoy en día el Casino de Espinardo sigue milagrosamente en pie y en activo, recordando
pasados tiempos de esplendor y abierto al futuro y a las nuevas generaciones,
que esperamos sepan conservarlo.
Fuentes
- Marín Mateos, José Antonio. “Espinardo y el pimentón 1848-1960”. Revista Cangilon nº 35. Alcantarilla
- Sánchez Morales, Fulgencio. “Casino de Espinardo.” https://geneaguerrero.es.tl/Fotografias-de-Espinardo-Y-Murcia
- http://www.regmurcia.com/
- https://casinoculturaldeespinardo.es.tl