En este espacio se darán a conocer las principales obras Modernistas y Art-Déco existentes de la Región de Murcia, así como las que fueron destruidas, o no se llegaron nunca a construir.
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Esta semana tengo el orgullo y el placer de presentar el vídeo que la Fundación Integra ha desarrollado para la web Región de Murcia Digital en el que se muestra un número muy considerable de obras lamentablemente desaparecidas para siempre, pero que gracias a las imágenes recuperadas, permanecerán en nuestro recuerdo para siempre.
En este vídeo hemos colaborado numerosas personas y entidades, tales como la Comisión BELTRÍ de la que soy Presidente de Honor, a las que quiero dar públicamente nuestro agradecimiento por todo el material aportado.
Por último no puedo olvidar a mi amigo D. Onofre Molino Diez, antiguo Gerente de la mencionada Fundación, sin el que este gran trabajo nunca se habría llevado a cabo.
Esta es la entrevista realizada el la cadena de televisión 7RM hizo a nuestro vicepresidente José Antonio Rodríguez sobre dicho documental
Lamentablemente con el paso de los años la lista de edificios perdidos ha ido aumentando, bien porque finalmente han sucumbido, o porque nuestro conocimiento del patrimonio nos ha puesto sobre la pista de obras que hace años desaparecieron y no teníamos constancia de este hecho cuando hicimos este video.
Por otro lado, también hemos detectado algún error en él, como por ejemplo en la denominada Casa de Asensio Pinar que en realidad era el Palacio de la Diputación Provincial, y que en su día subsanamos con una entrada en este mismo blog.
Esta vez traemos uno de los edificios más amenazados que existen en la Región de Murcia, ubicado en La Copa de Bullas.
Paso a contar la historia sobre su origen, tal y como aparece en diversas páginas web:
"El original propietario del palacete fue Don Fabio Carreño Marsilla (1901-1978), que se casó con Doña Irene Marín de Cuenca natural de Cehegín. Don Fabio descendía por parte de madre, Doña Juana, de la misma familia que Francisco Melgares de Aguilar, quien compró la finca de la Fuente de la Higuera en La Copa de Bullas (Murcia), en 1614, a Joaquín María Fernández de Córdoba, Conde de Sástago. Originalmente y en ese año existía ya un edificio solariego en el mismo sitio en el que se encuentra el actual palacete.
Don Fabio era un erudito en lo respectivo al arte y ese antiguo edificio siempre le provocó especial atención, por lo que, cuando muere su padre en el 1920 y hereda la casa, se dedica a recorrer España captando elementos arquitectónicos para reconstruir el edificio. A su vuelta, Don Fabio le entregó todos los apuntes a un arquitecto amigo suyo, del cual se desconoce su nombre ya que el proyecto se empezó antes de la apertura del Colegio de Arquitectos de Murcia, y por lo tanto no está registrado.
En 1925 se terminó la reconstrucción. Se cuidaron todos los detalles, desde cristales de Bohemia, porcelanas de Sajonia, maderas nobles y mármoles de Carrara, hasta la comodidad más avanzada de la época, instalando cuartos de aseo con retrete, calefacción central y un sistema de aislamiento térmico en las paredes. Otro aspecto bastante peculiar era también los formalismos exigidos al servicio tanto en formas como vestimentas, propios del siglo XV. Con esto Don Fabio quería recrear un pequeño paraíso, así que hizo instalar numerosas fuentes, lagos artificiales y jardines frondosos y verdes con cierto aire tropical, queriendo cautivar no solo la vista sino también el olfato y el oído. Además, Don Fabio hizo traer numerosos animales para hacer más creíble ese oasis dentro de la aridez de la tierra murciana.
Contrariamente a lo que creen muchos lugareños, la casa no fue un regalo de Don Fabio para su esposa por la boda sino un sitio para disfrutar de su independencia juvenil, pues cuando la heredo solo tenía 19 años. Después de la boda, la casa se convirtió en residencia de verano, aunque se utilizaba muy poco tiempo al año debido a las disputas entre Don Fabio y su mujer Doña Irene propios de un matrimonio de conveniencia. El servicio, sin embargo, se mantenía todo el año, dándole trabajo a los vecinos de Bullas y La Copa.
En el 1936 al desatarse la Guerra Civil española y con ella el odio a la clase aristocrática por su abuso de poder la familia Carreño tiene que huir de Bullas junto con muchas otras familias adineradas, y la casa queda totalmente desprotegida sirviendo de morada al Frente Popular y a otros grupos políticos durante los años de la guerra y posguerra. Debido a la pobreza y el analfabetismo de la época, no se apreció el valor del palacete y se descuidó el cuidado de este edificio. Las fincas lindantes fueron ocupadas por numerosos vecinos de Bullas y La Copa cuando la única forma de sobrevivir era alimentándose de los propios cultivos. Cuando la familia Carreño regresó a Bullas entre finales de los 40 y principios de los 50, no tenía ni ganas ni dinero para arreglar la casa de verano.
El matrimonio tuvo siete hijos y una hija, Rosario que fue quien heredó el palacete y las fincas de alrededor. La hija vendió la casa y las fincas que todavía conservaba a una multinacional sueca que durante algunos años recientes alimentó la esperanza de los lugareños de la restauración de la casa y la construcción de viviendas de lujo y un campo de golf. Pero en la actualidad no se sabe nada del proyecto sueco y se desconoce a qué manos pertenece actualmente. A causa del abandono del palacete recientemente se ha expoliado el palacio desde los cuadros y esculturas alegóricas hasta las coloridas vidrieras."
Me permito reproducir algunas fotografías del interior tomada de dichas páginas web, que ilustran el estado de deterioro en el que se encontraba cuando yo lo visité por primera vez.
El palacio fue construido inicialmente en un estilo historicista ecléctico, pero en la remodelación encargada por Fabio Carreño, realizada entre 1922 y 1925, se introdujeron diversos elementos modernistas, tanto en su exterior (como los bajorrelieves que adornan la puerta de acceso realizados por el gran escultor Anastasio Martínez, según comunicación oral de su bisnieta María Luisa Martínez León), como en su interior neonazarí, en el que destacaba la barandilla de la escalera, hoy inexistente por el salvaje expolio al que ha sido sometido durante muchos años, que han hecho desaparecer todos los apliques, puertas, ventanas, la mencionada escalera principal y las figuras de los torreones, que eran una alegoría a las estaciones del año. De hecho hoy en día es uno de los inmuebles más amenazados de la Región de Murcia, y como tal figura desde 2014 en la Lista Roja del Patrimonio más amenazado en España.
Bajorrelieve de la entrada del Palacio de D. Fabio, Probable obra del escultor Anastasio Martínez
El autor de la reforma modernista, bien pudo ser el arquitecto Víctor Beltrí, pues el interior neoárabe y la mencionada escalera, guardan una similitud asombrosa con la Casa Zapata de Cartagena, una de sus mejores obras.
Escalera del Palacio de D. Fabio (Bullas)
Escalera de la Casa Zapata (Cartagena)
Detalle de la barandilla de la escalera de la Casa Zapata (Cartagena). Obsérvese que el dibujo es idéntico a la del Palacete de D. Fabio (Bullas)
Interior neoárabe del Palacio de D. Fabio (Bullas)
Patio neoárabe de la Casa Zapata (Cartagena)
Hace unos años aparecieron noticias en la prensa que anunciaban la rehabilitación del edificio por parte del Ayuntamiento, que acometió diversas obras urgentes, cubriendo las dos torres con un tejado metálico, así como tapiando todas las ventanas y puertas para evitar la entrada de personas ajenas al edificio y evitar posibles nuevos hurtos.
En este video tomado por un dron, se puede observar su lamentable estado.
Desde entonces no he sabido nada más, y cuando lo visité la última vez todo seguía igual. Agradeceríamos mucho que alguien de Bullas nos puede dar información más actualizada sobre su estado y su futuro. Algunos enlaces en donde se pueden ver más imágenes del interior: