Este edificio es uno de los que más llama la atención de los visitantes de
Cartagena cuando pasean por su Calle Mayor.
Fue construido hacia 1920 por encargo de D. José Antonio Torres [Cartagena?,
1880 – Cartagena, 1966], y siempre se le ha atribuido con bastante fundamento al arquitecto Víctor Beltrí, aunque en el
Archivo Municipal de Cartagena no hemos sido capaces de encontrar ni este
proyecto, ni ningún otro de edificios relacionados con esta familia, lo cual no
deja de ser un misterio.
El Sr. Torres era propietario de una fábrica de abonos, que fue el primer
edificio que se levantó en el Ensanche de Cartagena. También fue miembro de la
Junta directiva de la asociación benéfica de la “Hospitalidad de Santa Teresa”,
entidad con la que colaboró en numerosas ocasiones el arquitecto de forma
altruista. Es posible de esta relación entre propietario y arquitecto surgiese el
encargo de su vivienda en la arteria más céntrica de Cartagena.
Más modesto que el resto de sus edificios de esta calle, sobresale la fachada completamente cubierta de azulejos verdes, salvo en los guardapolvos blancos.
Vista antes de su restauración |
Imagen actual con el edificio ya rehabilitado |
El edifico es un claro exponente de la tipología empleada por el arquitecto
en sus obras en los años de transición entre las dos décadas, en las que a
menudo combinaba azulejos y guirnaldas florales en las fachadas. Tal vez sea el
último gran edificio modernista proyectado por Beltrí en Cartagena.
Detalle antes y después de su rehabilitación |
Detalle florales de la puerta de acceso en bajo relieve |
Al edificio se accede atravesando una bella puerta de madera, en cuyo
dintel hay adornos vegetales realizados en bajo relieve, por la que se entra en
un estrecho zaguán en el que existe una segunda puerta en la que se combinan
madera, rejería que repite los motivos florales de los balcones, y cristales de
colores verdes y blancos.
Vista del zaguán en donde se combinan cristales de colores y adornos florales |
En la escalera también existen algunas ventanas con un diseño casi déco, en
la que se combinan también madera, hierros con motivos vegetales y cristales de
colores, en este caso verdes, marrones, azules y blancos.
El interior se conserva bastante bien, incluyendo suelos hidráulicos, en los que predominan los tonos rojos; azulejos, en los que se combinan tonos amarillos, marrones y blancos, y chimeneas de mármol.
El interior se conserva bastante bien, incluyendo suelos hidráulicos, en los que predominan los tonos rojos; azulejos, en los que se combinan tonos amarillos, marrones y blancos, y chimeneas de mármol.
Detalle de la chimenea enmarcada por bonitos azulejos |
Precioso suelo hidráulico en el interior de uno de los pisos |
Durante mucho tiempo sus bajos estuvieron ocupados por un clásico comercio
cartagenero llamado “Almacenes Lepanto”, que hace ya bastantes años cerró sus puertas,
habiendo sido reemplazado en los últimos tiempos por una moderna tienda de productos cosméticos.
Hace unos años nos temimos lo peor tras la compra del edificio por parte de un grupo de inversores. Sin embargo fue magníficamente rehabilitado, constituyendo
un buen ejemplo que deberían imitar los propietarios de la Casa Llagostera, ubicada en
la misma acera de la Calle Mayor.