domingo, 22 de marzo de 2020

126.- ALMACÉN DE ABONOS TORRES - C/ Ángel Bruna, Barrio del Ensanche. Cartagena (desaparecido)


Aspecto de la fachada
(Colección particular: José Antonio Rodríguez @jarm)

(Fotógrafo José Casaú. Original: CEHIFORM)
La fábrica de abonos minerales y orgánicos a base guano, de José Antonio Torres, fue uno de los primeros edificios que se levantaron en el nuevo Ensanche de Cartagena, y probablemente uno de los causantes de la resistencia de los cartageneros a edificar en sus cercanías, por el pestilente hedor que emanaba de ella.

Anuncio publicitario en el que se puede apreciar el lateral de la nave

El edificio fue construido en 1926, tal y como rezaba en lo más alto de la fachada, desconociéndose a ciencia cierta su autoría, ya que aunque Francisco Javier Pérez Rojas menciona en su libro como autor al Maestro de Obras de La Unión José Méndez, no hemos encontrado nunca ninguna documentación que lo confirme.

Sin embargo sí que existe en el Archivo Municipal de Cartagena, un proyecto firmado por Víctor Beltrí para el vallado de la parcela, fechado el 5/2/1926 (Legajo CH003336 Exp. 1), que además es el mismo año de construcción del edificio, por lo que no sería nada extraño que el autor del edificio también hubiese sido el propio Beltrí. Además el arquitecto ya había realizado el proyecto de su vivienda en la calle Mayor: el Edificio Torres.

Además estilísticamente nos recuerda otros edificios industriales suyos, como los almacenes de la Sociedad de Seguros "El Día" o la cochera de Miguel Zapata, todos ellos desaparecidos al igual que este que nos ocupa, que fue demolido en 1981.

La nave de estilo marcadamente sezesionista concentraba toda su decoración en la portada principal, en la que un frontón triangular enmarcaba un gran ventanal semicircular partido por columnas, sobre el que aparecía con letras en relieve el nombre del propietario. A ambos lados de dicho ventanal figuraban dos medallones con el logotipo de las dos torres, sobre los que, también en relieve, figuraba la palabra "ABONOS".


Aspecto del lateral
(Colección paticular: José Antonio Rodríguez @jarm)

Por el lateral se podía apreciar una serie de ventanas alargadas rematadas por pináculos triangulares y una entrada lateral de arco de medio punto.

La valla era bastante sencilla, incluyendo algunos azulejos en los pilones de la puerta de acceso con una rejería con detalles modernista curvados.

 Oficinas del almacén
(Colección particular: José Antonio Rodríguez @jarm)

Según parece existía un chalet adosado al almacén, que 
en fecha indeterminada debió de ser adquirido por el Sr. Torres para que fuese el lugar en donde se ubicaran las oficinas, tal y como relata el mencionado Pérez Rojas en su libro.

José Monerrí, en su libro "La Cartagena que se nos fue", mencionaba que dicho chalet era el conocido como "Villa Hispaleto" o el "Chalet blanco", lo que era una afirmación incorrecta, pues el mencionado "Villa Hispaleto" era un chalet exento, sencillo, y sin adornos, que estuvo ubicado en otro lugar del Ensanche. 

Una vez más, quiero dar las gracias a José Antonio Rodríguez @jarm por permitirme usar fotografías de su colección particular, así como a Juan Ignacio Ferrández y a Ramiro Gómez Bermúdez de Castro por aclararme la información sobre "Villa Hispaleto".

domingo, 8 de marzo de 2020

125.- PATRONATO DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - C/ Saura, 33 (anteriores 37-39) y C/ San Cristóbal Larga, 48-50-52. Cartagena



La fundación del "Colegio del Patronato del Sagrado Corazón de Jesús", también llamado en el proyecto inicial 
“Colegio-Asilo para las Hijas de la Caridad de San Vicente Paul”, fue debida al presbítero Trinidad Marturana, con el capital de dos hermanas francesas: Sor María Mailhan y Sor Loiret. 

Plano de los alzados del proyecto original
(Original: Archivo Muncipal de Cartagena)
Da la impresión que el Patronato se proyectó al amparo la encíclica “Annum Sacrum”, promulgada el 25 de mayo de 1899 por el Papa León XIII. En ella el pontífice manifestaba su deseo de que la humanidad en su totalidad fuera consagrada al Sagrado Corazón de Jesús, declarando como fecha para su consagración el 11 de junio del mismo año. El 19, sólo ocho días más tarde, el arquitecto Víctor Beltrí firmaba el proyecto de este establecimiento benéfico.
Como se puedes observar en esta fotografía antigua, el aspecto exterior apenas ha cambiado

El edificio fue inaugurado y bendecido por parte del Obispo de la Diócesis Tomás Bryan, el 4 de noviembre de 1900. Una Guía de la época describía el edificio en los siguientes términos: 

“Como si no fuese bastante el asilo de la Purísima Concepción, la piedad humana, tan grande en esta tierra, ha levantado en la calle de Saura un edificio grandioso, de soberbia fábrica, titulado “Patronato del Sagrado Corazón de Jesús”. Sostenido por la caridad de sus bienhechores, este establecimiento dedicado a la enseñanza, es un modelo de todos los de su clase. Mide 561 metros de superficie, tiene bajo y dos pisos, espaciosos compartimentos y un gran salón para fiestas literarias y en él un escenario para distraer a los alumnos en las vacaciones. Hay además un buen salón para recreo de los Señores que componen el Patronato”. 


En la época en que fue construido se impartían clases de primera enseñanza, así como de adorno, dibujo, francés y solfeo, a más de 500 niños por parte de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. Además había clases especiales para los niños más pobres y abandonados que no podían concurrir a las clases diurnas. No tenía junta directiva y estaba patrocinado por la Junta de Señoras protectora de la Casa de Expósitos. No tenía otras rentas que una suscripción voluntaria, las limosnas de los bienhechores y lo que pudiera proporcionar la citada comunidad de las Hijas de la Caridad. 

Desde el punto de vista arquitectónico se trata de un edificio con una fachada neogótica propia del primer modernismo que se levantó en Cataluña, tierra de origen de Beltrí, y que presenta una distribución en tres ejes con balconadas que se rematan en un frontón triangular, con ricas ornamentaciones de origen rococó marcada por una profunda axialidad. La entrada se articula en tres arcos apuntados que descansan sobre columnas con capiteles vegetales sobre los que se sitúa una escultura del Sagrado Corazón con gablete. 



Pero lo más singular de este edificio docente es el patio central al que se abren todas las aulas y que está rodeado por corredores-galería que descansan sobre vigas de hierro y madera, proporcionando a todo el conjunto un aire de corrala muy dinámico. En uno de los lados se alza una escalera de tipo interior que arranca de las distintas plantas. La capilla está situada en la planta baja y tiene acceso tanto por la entrada principal como por el interior. Los capiteles vegetales de los arcos de la fachada, las formas de arranque de las escaleras de la planta baja y las puntas de diamante de los pilares de madera son elementos muy característicos de las obras del arquitecto. 

Tal vez lo más novedoso de esta obra es el método de construcción empleado, al que se hace mención en la Memoria. Se trata del sistema “Cottenceau y Hennebique”, revolucionario y modernísimo para la época, que consistía básicamente en la preparación de hormigón armado en bloques reforzados con barras de hierro longitudinales en su cara inferior.

La última restauración realizada en el 2010 correspondió a su fachada, y fue realizada bajo la dirección y proyecto del arquitecto Marcos Ros Sempere y subvencionada en parte por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

Una vez más quiero dar las gracias a Jose Antonio Rodríguez @ jarm por permitirme utilizar sus magníficas fotografías para ilustrar este entrada.