Mañana día 29 de Febrero de 2016 se cumplen 100 años de la inauguración del que fuera Gran Hotel de Cartagena, y desde este blog es obligado rendirle nuestro homenaje a la que probablemente sea la obra mejor y más representativa del modernismo en esta ciudad y en la Región de Murcia, y tal vez la obra maestra del arquitecto Víctor Beltrí.
Este magnífico edificio de dos sótanos, bajo y seis plantas, comenzó a construirse en 1907 según proyecto del arquitecto Tomás Rico, por encargo de D. Celestino Martínez Vidal, rico industrial, minero y terrateniente, con objeto de convertirlo en su residencia en Cartagena. Según el proyecto original, excesivamente esquemático y con ausencia de cualquier tipo de detalles, inicialmente era un edificio de cuatro plantas dedicado a vivienda, rematado en el chaflán por una cúpula que en nada se parece a la actual.
Aunque no se sabe exactamente hasta donde llegó el trabajo de Rico, según ciertos documentos inéditos a los que hemos tenido acceso, este arquitecto realizó sólo la planta baja y el entresuelo, siendo el resto de edificio obra de Víctor Beltrí. En cualquier caso no se observa una clara ruptura entre los trabajos de los dos arquitectos, que respetuoso con el diseño de su amigo prosigue sin grandes rupturas consiguiendo de esta manera una coherente integración.
En la veleta que corona el edificio, junto a las iniciales del propietario “CM” (algo curioso, puesto que lo normal era situarlas en la fachada o a la altura del balcón principal) aparece la fecha que parece “1910”, por lo que es más que probable que para ese año se hubiesen cubierto aguas. El 3 de enero de 1911 se produjo el fallecimiento del propietario, pero al parecer las obras continuaron. Así parece desprenderse del siguiente documento encontrado en internet y adquirido hace unos meses por Javier Alcantud, bisnieto de Celestino. Se trata de una postal fechada en junio de ese mismo año, que enviaba la hija del arquitecto Carmen Beltrí Villaseca a su amigo Juan Frías Albert de Lorca, en la que ésta confirma la autoría de Víctor Beltrí, y por lo que se puede apreciar en la fotografía para esa fecha el edificio estaba prácticamente terminado como vivienda.
Veleta con las iniciales CM y el año 1910 |
"23-6-1911"
Distinguido amigo una a sus muchas felicitaciones la más sincera de su affma amiga.
Firma: Carmen Beltrí
Creo que le gustará esta postal es una casa que están terminando en la Plaza de San Sebastián de la cual mi padre es el autor del proyecto y ha dirigido la obra.”
Tras la desaparición de Celestino, sus dos hijos mayores, tal vez animados por D. Basilio Irureta que sería el futuro director, decidieron dedicarlo a Hotel, ya que probablemente no sabían qué hacer con semejante caserón, reforma que emprendió Víctor Beltrí y que le llevó casi 5 años finalizarla.
Sello del Gran Hotel |
Lo que más destaca en este emblemático edificio es su acertada inserción en la trama urbana de la ciudad. Es uno de los puntos arquitectónicos de referencia en el paisaje cartagenero, elevándose dominante sobre el resto de edificios de su entorno. A ello ayudaba su ubicación en una esquina muy cerrada, donde el edificio emerge con su rotonda rematada con una hermosa cúpula, como la proa de un barco gigante.
El “Gran Hotel” se caracteriza por su gran verticalidad y su abigarrada decoración con motivos florales, guirnaldas y flores talladas en piedra, en cuyo modelado participó personalmente. También sobresalen sus grandes balconadas de gran barroquismo, así como una muy acertada combinación de colores al alternar la piedra artificial y el ladrillo de tal forma que impide cualquier sensación de monotonía. Dignos de destacar también son los delicados trabajos de los hierros, muy especialmente en las marquesinas de las puertas de acceso.
El interior del Hotel, hoy lamentablemente desparecido, era muy interesante, destacando el vestíbulo, donde se conjugaba lo vienés, con la cerámica y los trabajos de forja en las rejas de la escalera que eran puro coup de fouet, así como los suelos hidráulicos y los azulejos que adornaban salones y baños.
Vista actual de la entrada principal |
Detalle del tirador de la puerta |
Vestíbulo |
Uno de los comedores |
Salón de te |
Barbería |
Cuarto de baño |
Otro cuarto de baño |
Salón de lectura |
En el Gran Hotel, Beltrí hace un alarde de barroquismo decorativo, demostrando, a manera de síntesis, su capacidad libertaria al hacer arquitectura reuniendo en la obra lo francés, lo italiano y lo austriaco, el ladrillo y la piedra, con una gran profusión artesanal integrada dentro del más ortodoxo espíritu modernista. Sabemos por la familia que en esta obra su implicación fue máxima llegando a modelar con sus propias manos muchos de los adornos florales del edificio. Según su hija Matilde era una de las obras de las que se sentía más orgulloso.
Sobre con membrete del Gran Hotel |
A continuación reproducimos por su interés la reseña aparecida en el periódico “El Tiempo” de Murcia con motivo de la inauguración del Gran Hotel, en el que se describen las obras realizadas, así como se certifica la paternidad de Beltrí:
INAUGURACIÓN DEL GRAN HOTEL EL DÍA 29 DE FEBRERO DE 1916
UNA MEJORA IMPORTANTE
Toda la atención cartagenera estuvo presente en la inauguración del nuevo edificio habilitado para Hotel, por un hombre tan emprendedor y tan atrevido para grandes empresas industriales, como don Basilio Irureta. Hasta la política, que aquí como en todas partes, y quizás más en Cartagena que en muchas partes, lo absorbe en estos momentos todo, dió una tregua; y así se pudo ver a hombres que en estos días preparan las armas para combatir enconadamente en las próximas elecciones, unirse para conmemorar una fecha que es de gran satisfacción para esta ciudad tan simpática y tan progresiva. Inaugurar un edificio como el Gran Hotel es algo muy importante para una población que tiene constantemente fija la vista en su desarrollo industrial. Justificada estaba, pues, esa satisfacción de los cartageneros que cuentan con uno de los mejores hoteles de España; tal vez el mejor hoy de los que existen en provincias. Y todo ello se debe, a un hombre de gran valor. Porque !cuidado si se necesita valentía para empezar en una empresa industrial muchos miles de duros en unas circunstancias tan graves como las que se vienen atravesando!.
Puede decirse que toda Cartagena desfiló por la calle de Jara y Plaza de Prefumo para admirar el suntuosísimo edificio que se inauguraba. Todas las conversaciones giraban acerca de aquella importante mejora para Cartagena. La prensa de la población dedicaba especial atención y largo espacio a dar noticias del nuevo establecimiento.
EL EDIFICIO
El nuevo Hotel ha quedado instalado en el nuevo edificio situado en la Plaza de Prefumo. Cuantos forasteros visitaban Cartagena desde hace varios años, han admirado ese artístico y suntuoso edificio uno de los mejores de aquella ciudad. Este edificio comenzó a construirse por don Celestino Martínez Vidal y ha sido terminado por sus herederos. Esta casa comenzó a edificarse en 1907 y ha sido terminada recientemente. Han importado las obras un millón doscientas mil pesetas. Conocido es de todos los murcianos este edificio construido de planta para Hotel. No puede darse nada más artístico; más original, más airoso. Únase a esto un lujo verdaderamente regio y una solidez admirable. Obra es esta que constituye un legítimo orgullo para don Víctor Beltrí, que hizo los planos y dirigió las obras
EL NUEVO HOTEL
Tiene seis pisos y en ellos hay distribuidas más de un centenar de habitaciones para huéspedes.
Cada piso tiene dos cuartos de baño. Un magnífico ascensor eléctrico pone en comunicación el suntuoso "hall" con todos los pisos. En el bajo están situados: el "hall" elegantísimo, maravillosamente alumbrado; una coquetona sala de lectura; el gran comedor del Hotel de delicado gusto moderno; otro comedor más chico, también precioso, para comidas particulares, banquetes y tés; los tocadores; retretes; administración y otras dependencias. Los pisos altos, están destinados para huéspedes; en cada piso hay un saloncito destinado a visitas. Una sabia dirección ha hecho de los sótanos una distribución admirable. Se han establecido en ellos las amplias cocinas cómodas, higiénicas y aireadas por potentes ventiladores eléctricos; las despensas amplias y también muy ventiladas; la cámara frigorífica; la bodega; los cuartos de dependencias; las grandes calderas para calefacción; el pozo artesiano para servicio de los grandes fregaderos; y un aljibe de gran capacidad. Tiene además en el entresuelo salón peluquería y un saloncito de teléfono para poder conferenciar con todas las poblaciones de España. Todo el Hotel ha sido amueblado y decorado con extraordinario lujo. Los comedores son suntuosos; el servicio de mesa riquísimo; camas, armarios, mesas y butacas, son sencillos, elegantes y muy cómodos; en la sala de lectura hay cuadros magníficos; en mosaicos, mármoles, bronces y cristales decorados, se ha hecho un verdadero derroche de riquezas y buen gusto; los techos de las habitaciones bajas son de acero; en aparatos de luz eléctrica hay verdaderas preciosidades.
La calefacción por vapor se extiende por todo el Hotel y llega hasta las más modestas habitaciones dedicadas a la dependencia. Esto es, a la ligera, una idea del gran establecimiento que se ha inaugurado en Cartagena y que es desde hoy un legítimo orgullo para esta población.
LA INAUGURACIÓN
A las seis de la tarde del 29 de Febrero el "Gran Hotel" estaba resplandeciente de luz. Todas las personalidades más salientes de Cartagena, al frente de las cuales figuraban el alcalde, el gobernador militar y el comandante general del Apostadero, cerca de 200 personas, recorrían todas las dependencias del Hotel admirando aquella suntuosa instalación. En la calle de Jara y Plaza de Prefumo se aglomeraba la gente admirando la riqueza del edificio. En algunos momentos quedó interrumpida la circulación por aquel sitio céntrico. A las seis y media presentaba el magnífico comedor del Hotel un hermoso golpe de vista. En pequeñas mesitas tomaron asiento los invitados. Los torrentes de luz de los aparatos eléctricos, se descomponían en caprichosos cambiantes al chocar con la cristalería y con los uniformes militares. Un sexteto amenizó el acto. El dueño del Hotel obsequió con un espléndido "lunch" a sus invitados. Entre ellos se encontraban varias personas de Alicante y Murcia. Después de las siete y media abandonaban el Hotel los últimos invitados estrechando efusivamente la mano del señor Irureta y de los herederos de don Celestino Martínez (su viuda doña Isabel Segado Sánchez y sus tres hijos; don Miguel, don Sixto y doña Carmen Martínez Segado) que con tan gran acierto han sabido llevar a cabo una empresa que hoy constituye un timbre de honor para la simpática ciudad cartagenera.
El Gran Hotel fue durante muchos años el establecimiento hotelero más lujoso de la provincia hasta que con los años cayó en desuso, hasta el punto que llegó a pensarse en su demolición. Con el fin de evitarla fue declarado Monumento histórico-artístico de carácter local, con fecha 23 de diciembre de 1976. El 2 de julio de 1984 le fue incoado expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural (B.I.C.).
Aunque actualmente sólo queda de la obra original la fachada, su aspecto sigue siendo magnífico y es el mejor reclamo de la Cartagena modernista.
Celestino Martínez Vidal [Alumbres, 1858 – Cartagena, 1911]
Industrial, propietario minero y terrateniente, fue uno de los fundadores de la “Compañía Cartagenera de Navegación” que tenía cuatro vapores.
Fue arrendador del impuesto de consumos y arbitrios de La Unión entre 1894 y 1898, y propietario de la “Fábrica de Gas” de ésta ciudad.
A su fallecimiento dejó en herencia, además de la mencionada fábrica, diversos edificios en Cartagena, El Estrecho de San Ginés y La Unión; fincas en Santa Ana, El Rincón de San Ginés, La Unión y Azuaga (Badajoz); la “Fundición Santa Clotilde” en El Beal; un almacén de minerales en El Estrecho de San Ginés; dos molinos en las localidades de Manuel y La Fuente de San Luís (Valencia) y siete minas entre Villagarcía (Badajoz) y Quinto de Navaceniza (Ciudad Real). Estaba en posesión de la Real y muy distinguida Orden de Carlos III.
Siempre quiso ser el número uno en Cartagena, y para ello encargó la construcción de la vivienda más lujosa de la ciudad, que nunca pudo ver finalizada pues murió repentinamente antes de su finalización. También su panteón de estilo neo-egipcio, ubicado en el sitio más alto y privilegiado del Cementerio de Nª Sª de Los Remedios, es el más lujoso y exclusivo del lugar.
Quiero dar las gracias a todas las personas que han investigado durante estos años para sacar a luz la confusa historia de este edificio, empezando por el mencionado Javier Alcantud que siempre puso en duda, y con acierto, la versión “oficial” de la historia de este edificio y que me ha autorizado a publicar la postal que documenta la autoría de Beltrí, así como la foto de Celestino Martínez; a Juan Ignacio Ferrández, flamante cronista oficial de Cartagena y Presidente de la Comisión Beltrí 2012 y a José Antonio Rodríguez, Secretario de esta institución de la que ostento orgulloso la Presidencia de Honor, así como a todos los participantes del Foro de Cartagena.