Hace poco tiempo recibimos la excelente noticia de la adquisición por parte del Excmo. Ayuntamiento de Lorquí, de la que fuese vivienda de la familia del industrial conservero y alcalde de la ciudad, D. Matías Martínez-Lozano Carbonell (1880-1974) y su esposa Dª Paula Martínez, sin lugar a duda el edificio civil más importante e interesante del casco urbano histórico de esta localidad de la Vega Media del Segura.
Gracias a esta iniciativa queda garantizada la supervivencia del inmueble, tras la imprescindible remodelación y restauración a la que debe someterse, y al que con toda probabilidad el municipio dará un uso cultural.
El edificio se encuentra ubicado en el sitio más céntrico de la ciudad, junto a la Iglesia de Santiago Apóstol, y aunque exteriormente es de un diseño bastante sencillo, en su interior existe un extraordinario despliegue de azulejos, tanto enteros, como en forma de trencadís que, junto con los suelos hidráulicos, el vestíbulo, la escalera, y una interesante decoración interior art déco, hacen de él una pieza única en la Región de Murcia.
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Estas son las dos únicas imágenes antiguas que se conocen en las que puede observarse la Casa de Matías Martínez-Lozano con su aspecto original tras su reforma |
Por su estilo y las investigaciones realizadas, al parecer se trata de un edificio de finales del siglo XIX que fue restaurado y modernizado hacia 1929 por el matrimonio Martínez-Lozano Martínez, como regalo para dos de sus hijos varones. Se sabe que pocos años más tarde estos hijos se mudaron a la calle Alfaro de Murcia, y es entonces cuando el matrimonio se traslada a esta vivienda, residiendo en ella hasta su muerte en 1974, momento en que la casa se cierra y desde entonces ha permanecido deshabitada hasta nuestros días. El tiempo y las humedades, aparte de alguna visita de personas amantes de lo ajeno, han hecho mella en el edificio, de forma que, por ejemplo, ya no quede nada de valor material en el interior del edificio, y que las dos escaleras de acceso al piso superior estén prácticamente inutilizadas.A finales de la década de los veinte los estilos arquitectónicos estaban redefiniéndose, y esta reforma es una buena muestra de ello. Cuando se hizo la reforma el modernismo había pasado de moda, y empezaba a introducirse tímidamente el art déco, el novecentismo y el regionalismo en los hogares burgueses. Así en esta casa podemos encontrar: una fachada que podríamos calificar de novecentista; un vestíbulo y un despacho con los arrimaderos de azulejos sevillanos de brillos cobrizos y dorados, que podríamos adscribir al regionalismo; un patio trasero y una escalera que podríamos clasificar como modernistas; y unos dormitorios decorados en el moderno estilo art déco.
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Ménsula con forma masculina (Casa Matías Martínez-Lozano) |
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Obsérvese la similitud con una de las ménsulas de la Casa de las Contribuciones de Totana, obra atribuida por nosotros también a Víctor y Guillermo Beltrí |
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Curioso arranque de madera tallada de la escalera con forma de cabeza animal que nos recuerda a un lobo |
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Barandilla de la escalera, con un diseño geométrico que nos recuerda el modernismo sezession |
En cuanto a la autoría de semejante despliegue cerámico, con muchas de sus piezas procedentes de las más destacadas fábricas de azulejos de Onda, Triana, y también de Cartagena, nos hace pensar que pudo ser obra del arquitecto Víctor Beltrí Roqueta, con la colaboración de su hijo, el aparejador Guillermo Beltrí Villaseca (mi abuelo). Este último, recién terminados sus estudios, había estado trabajando con su padre en diversas obras importantes en Cartagena, como el Asilo de Ancianos o la Casa de Misericordia, y había abandonado esta ciudad para, tras una estancia de un par de años en Totana, ser nombrado aparejador municipal de la ciudad de Murcia en 1929.
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Azulejos de la Casa de Matías Martínez Lozano (Lorquí) |
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Azulejos del zaguán de la Casa Zapata (Cartagena) |
Es más que probable que Matías Martínez-Lozano le encargara la reforma y modernización de la vivienda que había adquirido, y que este contara para ello con su padre, pues hay ciertos detalles constructivos en la casa característicos de Víctor Beltrí. Además hemos encontramos diversas coincidencias con otras obras del arquitecto, entre las que podemos mencionar la Casa Zapata (Cartagena); las escuelas de la Casa de Misericordia (Cartagena); la Casa Melgares (Bullas) o la Casa de las Contribuciones (Totana), que no hacen sino confirmar nuestra hipótesis.
Por último no puedo dejar de mencionar, sin cierta nostalgia y emoción, que en el patio trasero de esta casa descubrí trozos de azulejos idénticos a los que había en el pozo recubierto de trencadís del Hotelito Azul de Los Urrutias, la casa de mi abuelo Guillermo, proyectada por su padre Víctor en la que pasé los inolvidables veranos de mi infancia, azulejos que ya entonces me fascinaban.
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Despliegue de trencadís en el patio trasero de la vivienda |
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El modelo central es idéntico a uno que había en el pozo del Hotelito Azul, residencia veraniega de Guillermo Beltrí Villaseca (Los Urrutias-Cartagena) |
Muy interesantes también son la decoración interior original en estilo art déco que puede observarse en las paredes y techos, incluyendo molduras y pinturas que todavía se conservan, así como los suelos.
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Originalísima cenefa pintada de uno de los dormitorios en estilo art déco |
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Algunos de los suelos hidráulicos con motivos geométricos |
La familia Martínez hizo una gran fortuna con los negocios de la fabricación y venta de pimentón y conservas vegetales. El fundador de la saga fue Francisco Martínez Lozano, oriundo de Molina de Segura, que estaba casado con Pascuala Carbonell Núñez. Ambos se trasladaron a Lorquí en 1877, y en esta localidad empieza a realizar a la molienda del pimiento seco para pimentón, construyendo un molino, y creando sus propias marcas comerciales "Titán" y "La Carreta".
En 1925 se introdujo en el mercado de Estado Unidos de la mano de uno de sus hijos, Evaristo Martínez Carbonell, que no dudó en trasladarse a este país en donde tuvo un gran éxito de ventas. Al parecer este se debió, más que a otra cosa, a la excelente presentación de sus productos, envasados en vez de en sacos, en artísticos envases de latón cuyas litografías atrajeron poderosamente la atención del público americano.
Francisco Martínez Lozano falleció en 1927 dejando a tres de sus hijos: Matías (que fue al único al que el padre permitió unir los apellidos Martínez y Lozano en uno sólo), Francisco y Evaristo, la producción y venta de la marca de pimentón y conservas vegetales "Titán", mientras que la marca "La Carreta" pasó a ser propiedad de su otro hijo Eduardo.
Evaristo volvió a viajar en barco a Estados Unidos en agosto de 1928, y allí debió de ver el primer cortometraje protagonizado por Mickey Mouse, "Steamboat Willie", estrenado en noviembre de ese mismo año, lo que les dio una excelente idea comercial a los hermanos Martínez.
Así, en 1933 la Oficina de la Propiedad Industrial de Berna (Suiza) le concedió a Matías Martínez Carbonell, el registro de la marca "Mickey" así como de una figura de un ratón antropomorfo de grandes orejas, obviamente inspirado en el de Disney, de forma que cuando esta compañía solicitó en 1935 el registro de "un dibujo industrial para caricaturas grotescas de un ratón", se encontró con que no podía hacerlo en la categoría de especias, ni en la de conservas vegetales, o de frutas, porque los industriales de Lorquí se le habían adelantado, de forma que Disney se tuvo que aguantar y los Martínez siguieron vendiendo latas de pimentón y de melocotón "Mickey", además del resto de sus marcas.
Quisiera dar las gracias al Excmo. Ayuntamiento de Lorquí por las facilidades dadas para la visita a este edificio, así como a Emilio Marco y José Antonio Rodríguez por sus aportaciones y fotografías, sin las que esta publicación no hubiese sido posible.
FUENTES