sábado, 16 de noviembre de 2019

120.- CASINO DEL LLANO DEL BEAL - C/ José Rosique, 15 (antigua C/ sin nombre) – C/ Progreso, 45 (anterior 17). Llano del Beal - Cartagena


El Llano del Beal es el caserío más importante de la diputación cartagenera de El Beal, y fue el lugar que acogió entre finales del siglo XIX y principios del XX una ingente cantidad de emigrantes procedentes de toda la provincia de Murcia y, sobre todo, de las Alpujarras almerienses, 

A principios de 1909 la "Sociedad El Progreso", representada por el farmacéutico Joaquín Rosique Serrano, encarga al arquitecto Víctor Beltrí la construcción de un edificio para que sea su sede social y haga las funciones de centro recreativo, y así poder ofrecer un lugar de esparcimiento a los propietarios mineros que tenían sus minas repartidas por la sierra minera.

El Casino del LLano del Beal tiene una decoración modernista de raíz catalana a base de guardapolvos con hojas enroscadas en las esquinas y cartelas en el centro, que fue muy empleada por Beltrí en sus obras de la primera década del siglo XX.

En este edificio los marcos modernistas se incorporan a la típica construcción de ladrillos de las zonas mineras, configurando un conjunto agradable. Dignas de mención son las bellas rejas de los balcones del piso superior.

El edificio se encuentra exteriormente en un aceptable estado de conservación, aunque los guardapolvos, construidos con piedra artificial, están bastante deteriorados. 

El interior, que actualmente ocupa un bar, se encuentra muy reformado. Así los techos, que originalmente eran de bovedilla entre vigas metálicas, están ahora tapados, en su mayor parte por escayola. 

En las dos plantas del edificio existía un friso de madera con decoraciones circulares de marquetería, que en la planta inferior fue eliminado y que en el salón de baile de la superior apenas es reconocible entre tanta capa de barniz y pintura.

La escalera tenía ese característico amplio arranque que solía realizar Beltrí, que fue mutilado hace unos años, porque según la Inspección dificultaba el acceso a los servicios del bar. 

Subiendo por esta escalera a la izquierda hay un despacho y a la derecha se encuentra el mencionado salón de baile, que conserva el suelo hidráulico original. 

En la planta baja los lugareños comentan que existía un piano que amenizaba las veladas y los bailes, hoy desaparecido.