viernes, 5 de diciembre de 2014

24.- CASA PALAZÓN - C/ Purísima, 21. Fortuna



Desde el punto de vista del modernismo Fortuna es una de las localidades de la Región de Murcia más interesantes por la calidad de las obras que alberga. 

Las dos más interesantes se encuentran, una al lado de la otra, en la céntrica Calle de la Purísima, y son las únicas que conocemos en la provincia cuyos propietarios originales fueron indianos, nombre que se les daba a aquellos que fueron a “hacer las Américas” entre finales del XIX y principios del XX.

Hoy presentamos la Casa Palazón o Colegio de las Monjas, nombres por los que se conoce a la actual Convento de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, que se establecieron en el inmueble en 1960 con objeto de dedicarlo a centro de enseñanza de niños entre 3 y 5 años, y que fue inicialmente la residencia del matrimonio formado por Juan Palazón Herrero (1867-1945) y su esposa María Pagán Palazón (1875-1956).


Tras su matrimonio en 1895 emigraron a América, regresando a Fortuna hacia 1901 desde Buenos Aires (Argentina), lugar donde habían hecho una gran fortuna gracias al comercio, dejando Juan al frente de sus negocios en ultramar a su hermano José Palazón.

Era muy común que los indianos al regresar a su tierra natal desearan hacer ostentación de la riqueza obtenida, mandando construir grandes mansiones señoriales. Esta costumbre fue muy frecuente en el norte de España, particularmente en Galicia y Asturias, pero no tanto en otros lugares de España. 

Juan y María hicieron lo propio, y al poco tiempo de regresar, empezaron la construcción de un lujoso palacete modernista, obras que finalizaron hacía 1906, y que fue en su vivienda habitual hasta su fallecimiento.

Miembro destacado del Partido Conservador en su facción "ciervista", Juan Palazón ganó las elecciones locales de 1914 siendo nombrado alcalde de Fortuna. En 1919 también ganó un escaño como diputado provincial por el mismo partido, dentro de la candidatura Monárquica, siendo nombrado ese mismo año Hijo Predilecto de la localidad.

La última noticia que tenemos de Juan Palazón es su salida de la cárcel a finales de 1936 después de haber sido declarado inocente tras su detención en octubre de ese mismo año, por parte de las Brigadas de la Policía de Retaguardia de la República.

El matrimonio no tuvo descendencia, y en su testamento legaban su vivienda al pueblo de Fortuna, para que fuera usada como centro de cultura. 

En cuanto a su arquitectura, la vivienda muestra una fachada modernista, en la que destacan las embocaduras de los huecos y la forja de los balcones. 

Puerta de acceso al patio, en donde se puede observar en
la parte superior las iniciales "JP" de su propietario
Pero lo más llama la atención, una vez se traspasa un bella puerta de madera con vidrieras policromadas, es el patio interior neoárabe, que inmediatamente nos recuerda a la Casa Zapata de Cartagena, lo que nos hace pensar que el autor del edificio fuese el arquitecto Víctor Beltrí Roqueta, y aunque inicialmente atribuimos la autoría del patio al  gran decorador y escayolista Anastasio Martínez Hernández, la similitud asombrosa con el patio de la Casa-Palacio de los Penalva, en la localidad granadina de Huéscar, nos hace pensar que su autor fuese el tallista almeriense Julián Ruiz Alemán. En cualquier caso, llama la atención la ausencia de policromía en ambos casos, ignorándose si este hecho fue por expreso deseo de los propietarios, o porque su presupuesto de ejecución fuese excesivo.

Magnífica fotografía del patio neoárabe
(Autor: José Antonio Rodríguez)
Gracias al cuidado de las monjas, creemos que este es el inmueble mejor conservado en su conjunto que existe en la provincia, pues además de haberse respetado el exterior y el interior (salvo el salón de baile que al parecer perdió sus pinturas originales al ser convertido en capilla), conserva también cristalerías y vajillas (marcadas con las iniciales de los propietarios), así como mobiliario y otros enseres originales que pertenecieron al matrimonio Palazón Pagán.

Detalle de la decoración de uno de los techos
Precioso sombrerero-paragüero modernista,
original del edificio
Una pequeña joya, muy poco conocida, y que queremos destacar como ejemplo de que, si se quiere, es posible preservar el patrimonio. 

Siempre hemos mantenido que la mejor forma de conservar un inmueble es dándole un uso práctico, y eso es lo que han hecho las Hermanas durante más de 50 años, a las que quiero agradecer públicamente su labor.

FUENTES
  • Archivo General de la Región de Murcia. PRISIONES. Expediente personal del recluso Juan Palazón Herrero. 1936.
  • MONTES, R, "Retazos históricos de Fortuna (Murcia)". Editorial Azarbe, 2023.Asociación Cultural Qutiyyllas.


jueves, 13 de noviembre de 2014

23.- ANTIGUA PASTELERÍA DE LOS PARRONES - C/ Mayor, 83 (delantera) – C/ Canalejas, 22 A (trasera). La Unión


Fachada principal de la C/ Mayor
En la localidad de La Unión ya queda pocos edificios de la época de la gran explosión de la minería, que nos recuerden la riqueza inmensa que se llegó a mover por estas tierras, en una forma difícil de imaginar hoy en día, si no fuera por algunas joyas que se ha mantenido milagrosamente en pie, cómo el antiguo Mercado Público, la Casa del Piñón o la Casa Cortés. 

A esta localidad llegaron a llamarla "la nueva California", por su similitud con lo acontecido en Estados Unidos entre 1848 y 1855, con la llamada "fiebre del oro", fenómeno social que se caracterizó por la gran cantidad de inmigrantes que llegaron a las cercanías de San Francisco (California) en busca de dicho metal a raíz del descubrimiento de oro en "Sutter's Mill".


En la misma calle Mayor donde se encuentran los dos últimos edificios anteriormente citados, y antes de llegar a la explanada donde se levanta imponente el Mercado, convertido actualmente en la sede del Festival del Cante de las Minas, se encuentra esta construcción que podría pasar desapercibida, si no fuera por ciertos detalles modernistas que recuerdan su pasado esplendor. 


Detalle de las embocaduras modernistas de la parte frontal
El edificio albergó la pastelería-panadería de "Los Parrones", que al parecer era el apellido de la familia almeriense que lo regentaba, según me contó el archivero municipal y gran investigador Francisco Ródenas, ya fallecido. Más adelante se convirtió en el "Mesón Nueva California" y actualmente es una tienda de ropa.

Aunque no se conserva en el interior prácticamente nada del establecimiento original, este edificio posee algo sumamente singular que lo hace muy especial, ya que es, junto con el Edifico Nieto de Cartagena, los únicos en la Región que, no siendo exentos, poseen fachadas modernistas a dos calles diferentes (por cierto en bastante mal estado de conservación en el caso de La Unión, como se puede apreciar en las imágenes).


Fachada trasera a la C/ Canalejas

En el libro "Arquitectura Modernista en la Región de Murcia" lo fechábamos hacía 1900, y se lo atribuíamos a Pedro Cerdán Martínez que durante varios años ejerció cómo arquitecto municipal de La Unión, pero tras nuestra visita a la propia casa del arquitecto Cerdán, en la localidad de Los Alcázares, pudimos observar que las embocaduras de las ventanas de la parte trasera del Mesón eran idénticas a las de esta, por lo que creemos que podemos atribuírselo con toda certeza, y retrasar su fecha de construcción hasta los primeros años de la segunda década del siglo XX, ya que esta última se edificó entre 1912 y 1914.

Antigua
Antigua Pastelería de Los Parrones: puerta trasera

Casa de Pedro Cerdán (Los Alcázares): Detalle de las embocaduras
Aunque he buscado bastante, no he sido capaz de encontrar ninguna imagen antigua de la Pastelería, por lo que si alguien me la hiciese llegar le estaría muy agradecido.

lunes, 27 de octubre de 2014

22.- PANTEÓN DEL EJERCITO DEL AIRE - Cementerio Municipal. C/ Román Guillén Conesa. Torre-Pacheco




El Ejercito del Aire ha estado vinculado muy fuertemente con la provincia de Murcia, tanto desde la Academia General del Aire (AGA), en San Javier, cómo desde las Bases Aéreas de Alcantarilla y Los Alcázares.

En la localidad de Torre Pacheco existe un interesantísimo panteón de su propiedad, dedicado a los caídos en acto de servicio (la mayoría durante la guerra civil, y de los dos bandos) de la Base de Los Alcázares, que en 1934, fecha de su construcción, pertenecía todavía administrativamente a la primera localidad.

De autor para mi desconocido, es uno de los pocos monumentos funerarios art-déco que existen en la Región de Murcia.

De un blanco inmaculado que contrasta con los símbolos coloreados de la AGA y el Ejercito del Aire, combina las formas geométricas con una cenefa de flores esgrafiadas que la recorre de lado a lado por la parte superior. 

Este monumento adopta la forma de un avión: en la parte frontal (el morro del avión) está el emblema de la aviación y una repisa que puede servir de altar para decir misa y para poner flores. En cada uno de los laterales (las dos alas del avión) hay tres filas en altura con cinco nichos en horizontal cada una. Si interesante es la parte frontal, no lo es menos la trasera, en donde se abre una bella puerta de acceso.

El mausoleo fue restaurado por la AGA en el año 2008, tal y cómo reza en un placa que puede observarse en el citado panteón.

Actas municipales del Ayuntamiento de Torre-Pacheco, en la que se recoge el acuerdo de concesión de una parcela en el Cementerio para la construcción del mencionado panteón



FUENTES
  • "Homenaje en el cementerio de Torre-Pacheco". Revista "Ícaro". Nueva época nº 96. XIII/2009.

miércoles, 15 de octubre de 2014

21.- QUIOSCO ORTUÑO – Muelle de Alfonso XII. Cartagena



El arquitecto Lorenzo Ros Costa, fue el mayor introductor del art-déco en la provincia de Murcia, estilo que tras el ocaso de modernismo, pugno con los regionalismos y el novecentismo, durante un corto periodo que se extendió en España desde finales de la década de los veinte hasta el inicio de la guerra civil de 1936.

Entre las obras más destacadas de Ros, se encuentra este sorprendente y magnífico quiosco que proyectó para Francisco Ortuño en Cartagena en estilo art-déco, en su variante Zig-zag.

Según Francisco Javier Pérez Rojas, en su libro “Cartagena, 1874-193. Transformación urbana y arquitectura”, estaba ubicado en el Paseo de Alfonso XIII del Ensanche, pero pensamos que cometió un error, ya que creemos que realmente fue levantado en el Muelle de Alfonso XII a finales de 1931, con el nombre de "Quiosco Chiqui", y al que se le autorizó la instalación de un cine sonoro al aire libre cuatro años más tarde

El plano de alzado y sección, fechado en 1939, fue publicado por primera vez en el mencionado libro, y en él se afirmaba que el quiosco original (levantado hacía 1934) había sido totalmente destruido durante los bombardeos de la ciudad portuaria.

El mismo autor en su libro “Art Deco en España”, decía textualmente: “.. y el kiosko Ortuño, para refrescos construido en 1939 tras el bombardeo de Cartagena era otra muestra de un déco aristado agitado, en el que el dinamismo decorativo, no le resta un cierto sabor primitivista, de sofisticada cabaña.”

Nunca hemos podido ver ninguna imagen, ni del original de 1931, ni de la reconstrucción de 1939, ni sabemos en qué fecha fue lamentablemente demolido, ni el motivo. 

Como siempre, estaríamos muy agradecidos si alguien nos aportara alguna fotografía o información al respecto.

Quisiera dar la gracias a VAICO por la información aportada sobre la ubicación real del quiosco.


domingo, 28 de septiembre de 2014

20.- CASA VÍCTOR BELTRÍ – Paseo de Alfonso XIII, 10. Barrio del Ensanche - Cartagena


No todos los días tiene uno la oportunidad de poder observar con sus ojos la propia vivienda de un arquitecto modernista, en la que el artista podía expresar, sin las cortapisas de los propietarios, sus gustos propios, y los de su familia.

Si en la entrada anterior sacábamos a la luz la casa de veraneo del arquitecto pachequero Pedro Cerdán, esta semana hablaremos de la que fue la vivienda cartagenera de Víctor Beltrí, el más importante arquitecto modernista que ha trabajado en la Región de Murcia.

Según parece, cuando llegaron a Cartagena familia Beltrí se instaló en una casa de la Plaza del Rey, situada frente al antiguo Teatro Principal.

Sabemos que en 1898 vivían en las afueras de la ciudad, en el paraje de "Los Javatos" (nombre que con posterioridad fue cambiado a "Los Gabatos"). Así se desprende de un curioso escrito en el que cinco vecinos de este paraje, entre los que figuraba Víctor Beltrí, solicitaban su cambio de denominación por el de "Vista Alegre", al considerar el nombre de "Javatos" muy peyorativo para ellos, ya que este lugar era llamado así porque los que lo habitaban vivían desperdigados por el campo, “como las crías de jabalí”.

Alrededor de 1901, ya se había trasladado a vivir al centro, concretamente al antiguo nº 14 de la calle Santa Florentina, donde el despacho del arquitecto ocupaba la planta primera, la familia hacía su vida en la segunda, y el ama de su hijo Guillermo (mi abuelo) ocupaba la tercera.

En 1904, al parecer tras tocarle la lotería, comienza la construcción de un hotelito, hoy derribado, en el nº 10 del Paseo de Alfonso XIII (por aquel entonces calle 1), en la Manzana B 89, situada entre las calles 15 y 16, siendo una de las primeras familias que se estableció en el Ensanche. 

Las obras se prolongaron dos años, trasladándose a vivir allí a su finalización. Esta decisión de instalarse fuera del recinto da la impresión de que era una señal para la clase burguesa que les indicaba que si realmente querían construirse bellas y modernas mansiones, como la que él se ha construido, había que salir de la vieja Cartagena. Su gesto tuvo muy poco éxito, y durante muchos años nadie decidió irse a vivir tan lejos del centro, quedando la familia Beltrí aislada y alejada de cualquier actividad social de la ciudad.


El edificio se construyó en dos fases. En la primera se construyó la planta baja. En la segunda, en base a un proyecto presentado unos meses más tarde, se levantó el piso primero, así como un cuerpo anexo dedicado a despacho. Entre ellos había una galería a la que se abrían el comedor y la sala de labores. Los despachos y salones estaban orientados al exterior. La casa tenía el jardín en la parte posterior.

Su estilo estaba en la línea desarrollada esos años en otras obras suyas, cercana al modernismo francés, y que seguro reflejaba su gusto personal…¿o tal vez era el gusto de su esposa Teresa?. 

El edificio tenía sus vanos adornados con decoración floral, que se podría clasificar de neorococó. En la planta baja, los dos ventanales centrales tenían columnas de fundición articuladas con las zapatas de los balcones curvos de la planta superior, de manera estructural y decorativa. En los extremos del piso superior tenía dos miradores de madera. 

En este casa vivió la familia hasta 1919, aunque en Mayo de 1911, apareció en la prensa local la noticia de un incendio en la calle Arco de la Caridad en el “piso principal de la casa en donde habita el arquitecto don Víctor Beltri, lugar en donde se había iniciado el fuego. Este fué de escasa importancia pues las llamas solo convirtieron en cenizas unos cuantos papeles y varios libros del despacho del indicado Sr. Beltri". 
Al margen del desgraciado hecho en sí, llama la atención el que por aquel entonces el arquitecto hubiese abandonado su casa del Paseo de Alfonso XIII para trasladarse a vivir al Arco de la Caridad, ignorándose la fecha y el motivo de esta decisión (tal vez por la lejanía y soledad del Ensanche), así como cuando y porqué decidió volver a vivir otra vez allí.

En Septiembre de 1919 se produjeron unas importantísimas inundaciones en el Campo de Cartagena que afectaron de forma particular a la zona de la antigua laguna del Armarjal, lugar donde se estaba levantando el Ensanche. Como consecuencia, la casa del arquitecto sufrió daños importantes, incluyendo la destrucción de su estudio. El temor a sufrir nuevas inundaciones, unido a los daños en su vivienda y las molestias que le producía un vecino almacén de hierros, le decidieron a abandonar definitivamente esta vivienda, trasladándose a vivir de nuevo al recinto. 


En los años setenta se grabó una breve toma de Cartagena desde el Ensanche en la que se puede apreciar fugazmente la vivienda del arquitecto.

La Casa Beltrí fue derribada a principios de la década de los ochenta, pese a la oposición de los vecinos, la familia del arquitecto, y las asociaciones de defensa del patrimonio. Una gran ocasión perdida para haber instalado allí el Museo del Modernismo de Cartagena, asignatura pendiente de la ciudad para completar su oferta turística.

La nueva residencia del arquitecto no podía ser ahora más céntrica. Daba a dos calles, por la parte delantera a Mayor 27, justo al lado del Casino, y por detrás, que era por donde se entraba al edificio, a Bodegones 10, y estaba situada junto a su estudio de la calle Comedías, esquina a la Plaza del Rey. En esta vivienda residió la familia Beltrí hasta el fallecimiento del arquitecto.

Lamentablemente el edificio original ya no existe, pero gracias a la recreación realizada por nuestro amigo José Antonio Rodríguez, podemos conocer su ubicación exacta.  



Creemos que es una buena ocasión para que desde aquí pidamos al Ayuntamiento de Cartagena que coloque una placa conmemorativa en el lugar en donde estuvo la última vivienda y el estudio de Víctor Beltrí.

lunes, 15 de septiembre de 2014

19.- CASA DE PEDRO CERDÁN - Paseo Manzanares, 51. Los Alcázares


Esta semana quisiera hablar de la que fuera casa de veraneo del gran arquitecto Pedro Cerdán Martínez en Los Alcázares. 

En el libro "Arquitectura Modernista de la Región de Murcia" cometimos algunos errores que, gracias a la información documental aportada por el actual propietario Juan López Ros, que junto con su esposa, han restaurado con mimo e infinito cuidado la casa, y que nos permitieron ver y fotografiar toda su vivienda, podemos ahora rectificarlos convenientemente.

En el libro, además del propietario original que para nosotros era desconocido, también estaba errónea la dirección, ya que la ubicamos, siguiendo referencias bibliográficas, en el nº 51 del Paseo de la Concha de dicha localidad, cuando en realidad está localizada en el mismo número, pero del Paseo Manzanares.

Tampoco era correcta la fecha de construcción que nosotros, también por referencias bibliográficas, datábamos entre 1920 y 1926, ya que Pedro Cerdán y su esposa compraron el solar en 1910, finalizando su construcción en 1914, tal y como costa en las escrituras en poder de su actual propietario. 

Comedor principal con los muebles originales

Del edificio original todavía se conservan los adornos vegetales modernistas que enmarcan los huecos de la primera planta, las rejas de los balcones, los suelos hidráulicos, y algunas lámparas, muebles y objetos de adorno.

Suelos hidráulicos originales
Curioso macetero con una cabeza barbuda

Además de a Juan López y a su esposa, quisiera dar las gracias a nuestro amigo Leonardo Bódalo, por todas las gestiones realizadas para que pudiésemos visitar tanto este inmueble, como otros edificios sumamente interesantes en la misma localidad del Mar Menor. 

domingo, 31 de agosto de 2014

18.- BATERÍA DE CENIZAS - Monte de Cenizas, Cabo Negrete. Rincón de San Ginés - Cartagena


Imagen antigua del arco de acceso a la Batería de Cenizas
Entre las muchas curiosidades, casi desconocidas, existentes en la Región de Murcia, ocupan lugar destacado las baterías de costa que se construyeron para defender Cartagena dentro del "Plan de Fortificación de las Bases navales de El Ferrol, Mahón y Cartagena", concebido en 1926 por el gobierno del General Primo de Rivera.

Su autor, el capitán de Ingenieros Ángel Ruiz Atienza, utilizó en cada una de ellas estilos tan disparatados como el neogriego, el neomedieval, el neoegipcio o incluso, en la batería de Cenizas, el neoprehispánico neomaya, ignorándose los motivos que llevaron al autor a realizarla en este estilo.

Levantada entre 1929 y 1932 en el Monte de las Cenizas del Cabo Negrete, presenta una asombrosa portada que aparentemente no tiene parangón con ninguna otra obra existente en España, fuera de las que se levantaron para la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929, ya que su diseño es copia literal del que realizó el arquitecto mejicano Manuel Amábilis Domínguez para la puerta principal de acceso al Pabellón de México, quien para su diseño se inspiró, según sus propias palabras, en uno de los principales templos toltecas existentes en Yucatán, de forma que la entrada del Pabellón la flanqueaban dos serpientes emplumadas, que representaban a Kulkucán, nombre maya de Quetzalcóatl, y simboliza la fertilidad, la muerte y la resurrección. Tenían la cabeza en la base, los crótalos como capiteles y en el coronamiento del dintel, el escudo flanqueado por dos cabezas de Quetzalcóatl, copiadas del palacio maya de los Guerreros de Chichen Itzá, que descendían a ambos lados de la puerta de acceso para posar sus cabezas en el suelo, y que son idénticas a las del arco de acceso a la batería cartagenera. 

Amábilis volvería a emplear este mismo recurso decorativo bastantes años después, concretamente en 1942, en el llamado Complejo del Parque de las Américas, en la ciudad de Mérida en Yucatán.

Vean las fotos y comparen el parecido.


Pabellón de México levantado para la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929

Detalle de la portada del Pabellón

Complejo del Parque de las Américas en Mérida (México) @México Desconocido

Lamentablemente en la última restauración realizada se ha pintado la portada de acceso con vivos colores, de tal forma que parece la entrada de un parque de atracciones temático.


La batería dejó de prestar servicio en 1994 y desde el año 2014 figura en la Lista Roja del Patrimonio dado su estado ruinoso, con carteles indicadores indicando riesgo de desplome, a pesar de estar declarado B.I.C.

sábado, 28 de junio de 2014

17.- CASA JOSÉ SÁNCHEZ PLAZAS - C/ Santa Eulalia, 20. Totana





Uno de los edificios más destacados de Totana es el que se encuentra ubicado en el nº 20 de la Avenida de Santa Eulalia. 

De estilo modernista, en el que predomina los detalles sezessionistas, destacan en su fachada de piedra artificial, el mirador y las embocaduras de los huecos.

Tampoco sabemos a ciencia cierta quien fue su autor, aunque en el libro Arquitectura Modernista en la Región de Murcia, aventurábamos que, por ciertas similitudes con otras obras de gran arquitecto Víctor Beltrí, tal vez fuera una de sus obras realizadas fuera de Cartagena durante "los años perdidos". A raíz de nuestras investigaciones en la localidad de Alcantarilla, y por su iconografía decorativa, hemos llegado a la conclusión de que es obra de Pedro Cerdán (ver entradas de la Casa Cobarro (segunda) y la Casa Caride).

Obra sin duda tardía para el modernismo, por el estilo suponemos que su fecha de construcción estaría entre 1920 y 1927. 

Al parecer el propietario era José Sánchez Plazas, un industrial fundador y gerente de la empresa "La Totanera S.A.", creada en 1913 para "la fabricación de conservas vegetales, especialmente la pulpa de albaricoque, pudiendo también dedicarse a la construcción y venta de envases metálicos, cajas de madera y etiquetas", según rezaba en su inscripción en el Registro Mercantil, y que en 1918 llegó a dar trabajo a 400 obreros.

Como siempre, cualquier aportación será bienvenida.

sábado, 14 de junio de 2014

16.- CASA DE LA GRAN VÍA 44 - C/ Gran Vía, 44. Caravaca de la Cruz





La histórica villa de Caravaca de la Cruz conserva en su casco urbano un conjunto histórico-artístico  único, en el que se ubican importantes templos y edificios de estilo barroco, pero en donde no se conserva ningún edificio que podamos considerar claramente modernista.

No obstante hay una pieza única y excepcional que merece por sí sola una visita a esta bella ciudad.

Se trata de una soberbia puerta del mejor estilo modernista, que no tiene parangón con ninguna otra de la Región de Murcia, y que bien pudo haber sido traída por sus propietarios de la misma Barcelona.

Las dos hojas simétricas están profusamente adornadas en la parte superior con onduladas y sinuosas formas vegetales y los clásicos coup de fouet (golpe de látigo), tan característicos del modernismo belga y francés. En la parte inferior de cada hoja destaca un florón vegetal que representa una grotesca figura con la boca abierta, que parece que va a hablarnos de un momento a otro.

El edificio en el que se encuentra ubicado, en el nº 44 de la Gran Vía formando esquina con la Avenida Juan Carlos I, es de los que pasan casi desapercibidos para cualquier visitante. De estilo claramente ecléctico, además de la mencionada  puerta, apenas destacan las sencillas rejerías de serie de los balcones, ligeramente modernistas, y los esgrafiados bajo el alero.

No sabemos nada sobre quien fue el ebanista autor de la puerta, ni de los propietarios originales del inmueble.

Como siempre cualquier información será bienvenida.
  

sábado, 31 de mayo de 2014

15.- EDIFICIO DE "LA MEJILLONERA" O CASA DE LAS ESTRELLAS – C/ Mayor 4. Cartagena



Uno de los edificios más intrigantes de Cartagena es este, situado en la parte derecha al principio de la calle Mayor, y en donde se ubicaba en su planta baja el conocido bar “La Mejillonera”. Y decimos intrigante porque no hay nada similar, ni en Cartagena, ni en el resto de la provincia.

Su fachada está llena de símbolos, tanto geométricos, entre los que destacan diversas estrellas enmarcadas por una circunferencia, como industriales que asemejan los engranajes de alguna maquinaria.

Pese a la incansable búsqueda del proyecto original por parte de los investigadores, nunca hemos sido capaces de encontrarlo en el Archivo Municipal, por lo que no conocemos, ni su autor, ni la fecha de su construcción.

Por cierta similitud de los canalones de bajada de agua dejados al aire a ambos lados de la fachada, con los que hay en el edificio de los antiguos Almacenes Latorre, que en su día Pérez Rojas  atribuyó al arquitecto Francisco de Paula Oliver, tal vez sea éste el autor de esta obra, aunque yo tengo mis serias dudas.

¿Qué significan estos símbolos?. Para mí son claramente de simbología esotérica, pues las estrellas enmarcadas en círculos que adornan la primera y tercera planta eran, y son, ampliamente usadas en las sociedades relacionadas con la masonería: “Un símbolo que desde sus albores representa la perfección, el andrógino, la felicidad y el matrimonio perfecto. La forma de estrella de 5 puntas de los francmasones, gnósticos, rosacruces… es la estrella Flamígera, símbolo de la materia prima, fuente inagotable de la vida y genio que eleva al alma a las cosas profundas y elevadas.”


Los cuatro círculos, rodeados por otro círculo externo, que enmarcan el balcón de la segunda planta parecen el símbolo místico de la fraternidad de los rosacruces.


Y por último el remate superior de las mencionadas bajantes, aparece el símbolo egipcio del Ogdoad, o estrella de Salomón de ocho puntas, formada por la intersección de dos cuadrados perfectos, también ampliamente usadas por la masonería, y que representan las ocho deidades del antiguo panteón egipcio, simbolizando el equilibrio antes del nacimiento del universo.

¿Significa que era la sede de alguna de las logias que florecieron abundantemente en Cartagena a caballo entre los dos siglos?. Yo creo que es más que posible que así lo fuera.

En mi última visita a Cartagena he podido constatar el estado deplorable de conservación del edificio, completamente abandonado tras el cierre de "La Mejillonera". Esperemos que pronto alguien intervenga urgentemente y restaure esta singular obra.

Como siempre cualquier información que pueda aportar alguna luz sobre el tema, será bienvenida.


martes, 20 de mayo de 2014

14.- EDIFICIO NEOISLÁMICO – Dirección desconocida. Cartagena



Fotografía: "Laboratorios Abellán" (Archivo Guillermo Cegarra)

Cuando uno cree que ya no hay nada nuevo que investigar, y que todo lo interesante que se construyó entre finales del siglo XIX y principios del XIX está más que descubierto, siempre aparece, normalmente en alguna fotografía antigua, algo nuevo que te perturba y te hace cuestionar todo, y preguntarte cuantas maravillas destruidas en las décadas de los sesenta y setenta ´del pasado siglo se habrán perdido para siempre de nuestra memoria colectiva.

Si en la entrada anterior de este blog aparecía un exótico y desconocido chalet, en esta es un edificio, también exótico, el que se asoma desde el pasado reclamando su pequeño hueco en la historia cartagenera.

En un viejo álbum de fotografías de Cartagena, descubrí esta pequeña imagen firmada por los "Laboratorios Abellán" de esta ciudad, que nos dejó perplejos por dos motivos. En primer lugar, porque no teníamos ninguna constancia de su existencia, y en segundo, por su localización, pues ninguno de los expertos investigadores cartageneros han sido capaces de ubicarla en rincón alguno de la ciudad. Tal vez pudo estar en algún lugar del desaparecido Barrio de Pescadores (donde hoy se encuentra el Teatro Romano), o en la también desaparecida Plaza de la Aurora, en El Molinete. Otra posibilidad es que estuviera en la pequeña Plaza del Par, junto a la Calle Real, donde hoy en día ya no queda ningún edificio antiguo. Probablemente nunca lo sabremos.

El edificio tenía tres plantas, rematadas por una terraza con rejería que se adivina modernista, y estaba articulado en tres ejes con la entrada en la parte central, y su diseño era sumamente singular. Llama especialmente la atención la fachada de estilo neoárabe, totalmente horadada por grandes vanos en forma de arco de herradura de reducida luz que, aunque no podemos apreciarlo con claridad, bien podrían corresponder a un pórtico de entrada en la planta baja, y sendas galerías en primer y segundo piso. 

Los vanos estaban separados por molduras continuas, posiblemente columnas, que marcan la verticalidad de la fachada, que a su vez es contrarrestada por los antepechos, frisos y molduras horizontales. Esta marcada división de espacios imprime fuerza y presencia al edificio. 

Los arcos, con rosca de ladrillo, se apoyan en columnillas, posiblemente nazaríes. Los alfices y antepechos parecen decorados profusamente con trencadís y azulejos, lo que nos remite inmediatamente al arquitecto Víctor Beltrí en su época más orientalista, que pudo diseñarlo probablemente durante la segunda década del siglo pasado.

Como siempre, cualquier aportación que nos arroje luz sobre este edificio 
 

martes, 13 de mayo de 2014

13.- HOTEL EN SAN ANTÓN – San Antonio Abad. Cartagena



Rebuscando en las fotografías de la colección Cassaú, que el Centro Histórico Fotográfico de la Región de Murcia (CEHIFORM) ha ido subiendo a la red dentro del denominado "Proyecto Carmesí", encontramos estas dos imágenes de una exótica vivienda unifamiliar, a medio camino entre el eclecticismo y el modernismo, en el que se aprecian diversos detalles decorativos orientales cómo puedan ser los dos leones de Fu que flanquean la escalera de acceso a la vivienda, unos farolillos chinescos del porche y lo que parece una armadura de un samurái japonés. 

Aunque lo que sin duda más llama la atención de la edificación son tanto el tejado, incluyendo la linterna-mirador, como el porche. Hemos visto algunos remates de aleros similares en la zona de Cartagena, aunque el porche de madera con columnas salomónicas es algo absolutamente único y novedoso por esas tierras. Pensamos que fue construida en estilo colonial filipino, o bahay na bato, que era el nombre del tipo de construcciones que se desarrollaron en Filipinas durante el periodo de dominio español, probablemente por alguien que quiso reproducir en tierras cartageneras lo que había visto en estas islas. 

Por tanto sería una mezcla de chinería (leones y farolillos), japonismo (armadura de samurái) y filipinismo, sin tener en cuenta lo que habría en su interior decorando esta exótica construcción que al parecer estuvo ubicada en el barrio de San Antonio Abad, según información proporcionada por José Antonio Rodríguez, y de la que desconocemos su autor.

En las fotografías no hay ningún indicio la fecha en la que fueron realizadas, aunque por el peinado y el traje de las señoras, se intuyen muy antiguas. 


lunes, 5 de mayo de 2014

12.- QUIOSCO DE "LA VERDAD" - Plaza de la Cruz. Murcia


Fotografía de la mañana del día en que se saqueó el quiosco

El desaparecido quiosco del diario "La Verdad" estaba ubicado en la Plaza de la Cruz de la capital murciana, frente a la catedral. Fue inaugurado el 28 de junio de 1924, apenas un año después de que fuese aprobada su construcción el 8 de junio de 1923. 

Diseñado por el prestigioso arquitecto Rafael Castillo Saiz para la venta de “prensa católica”, su estilo es una mezcla extraña entre el art-déco y el orientalismo de las mil y una noches. Se trataba de una construcción de planta cuadrada y forma cúbica, elevada sobre una plataforma, y rematada por un gran cornisamento de aleros sobresalientes. En el centro de las fachadas se situaban las grandes ventanas-mostrador, y en cada esquina un llamativo pilar adosado. Según observamos en las fotografías que se han conservado, toda la decoración, incluidas las embocaduras de los vanos, siguen los cánones geométricos propios del art-déco.

Sobre el primer cuerpo se superpone otra estructura cúbica, de menor tamaño, coronada por un chapitel cónico, y sobre éste, una barra vertical con tres bolas, a modo de yamur. En las esquinas, coincidiendo con las pilastras del cuerpo inferior, sobresalen cuatro bovedillas esquifadas. 

La decoración del segundo cuerpo debió llamar la atención del público por su originalidad. Entendemos que el emplazamiento del quiosco, junto a la catedral, requería un tratamiento especial, que estuviese a la altura del monumento. De hecho, la presa local  describía el edificio como “kiosco en forma de pagoda”, en posible referencia a la imagen exótica del conjunto, y a ciertos elementos poco usuales en la arquitectura local urbana, como el yamur, o los remates del chapitel y los cupulines que nos recuerdan la arquitectura islámica de la India. 

Por otro lado, la integración del quiosco en el entorno de la plaza y su ubicación, casi adosado a la torre de la catedral, también debieron condicionar en gran parte su diseño. Si observamos ambos edificios, podemos apreciar que la estructura del quiosco bien pudo ser concebida como una vaga imagen, o reflejo, del perfil de los cuerpos superiores de la torre, destacando los cuatro templetes, o conjuratorios, y el cuerpo cúbico del campanario. 

El quiosco fue saqueado en mayo de 1931, sólo siete años después de ser inaugurado. Este hecho causó un enfrentamiento entre el diario y el Ayuntamiento de Murcia, organismo al que se solicitó sin éxito licencia para reparar los destrozos. Ante la negativa municipal de conceder la licencia, “La Verdad” intentó arrendar el quiosco a un jardinero, que pensaba utilizarlo como exposición de flores. Pero cuando el futuro inquilino solicitó la licencia, también le fue denegada. 

El 19 de marzo de 1932, durante la reunión del Concejo, se leyó el informe de un inspector de Sanidad municipal, que certificó el lamentable estado del quiosco y lo calificó como “foco de infección y peligro para la Sanidad pública”. Se ordenó la retirada inmediata de los restos y fue demolido.

En este artículo de Antonio Botías, se explica con detalle cuando y porqué fue destruido:

"El kiosco donde no crecieron flores"
El saqueo del célebre kiosco de 'La Verdad' enfrentó en 1931 al diario con el Ayuntamiento 
14.12.08 - ANTONIO BOTÍAS


"De la prensa del día, que le daba el nombre, a libros de texto para el Bachiller y revistas ilustradas; de tinta holandesa a papel higiénico, o informes sobre colegios y residencias; de tarjetas de invitación a recordatorios de bodas, rosarios, estampas de santos y velas, refrescos... y cuanto usted pudiera imaginar, servido a domicilio y pagadero en cómodos plazos. Así era el afamado kiosko de La Verdad, auténtico precursor de las posteriores tiendas de Todo a 100 y uno de los principales iconos de la ciudad de Murcia.

Durante años, el kiosco con forma de pagoda, cuyo excepcional emplazamiento era la plaza de la Cruz, al pie de la torre de la Catedral, sirvió como punto de encuentro de la sociedad murciana, desde los potentados que regían el destino de la ciudad hasta los labradores que se acercaban desde los pueblos para nutrir sus despensas. Auténtico altavoz de la prensa diaria, protagonizaría un curioso episodio que hoy ya nadie recuerda.

Fue el 11 de mayo de 1931. Apenas había pasado un mes desde la proclamación de la II República. Murcia era la octava ciudad del país, con 158.724 habitantes, superada por Bilbao, Zaragoza, Málaga, Sevilla, Valencia, Madrid y Barcelona. La República, legalmente instaurada, intentaba abrirse camino en un país en crisis. El paro azuzaba revueltas sociales que, en el caso de España, tendrían como objeto la Iglesia, sus instituciones y medios de comunicación afines.

El periódico nunca se significó ni asoció con ningún partido político aunque no por ello logró evitar diversos ataques a lo largo de su historia. En este contexto se produjo el saqueo del kiosco, asaltado por un grupo de violentos durante la madrugada, al que se sumaron, ya amanecido el día, no pocos murcianos que, en pocos minutos, arramblaron con cuanto había a su paso.

Un alcalde en desgracia

A tal extremo llegó el expolio que, durante las semanas siguientes, decenas de murcianos fueron devolviendo artículos que supuestamente cayeron en sus manos, en unos casos «por error», y en otros porque «me lo he encontrado en la calle».

La Alcaldía emitiría una nota al día siguiente donde condenaba los hechos y advertía de que «actos semejantes, lejos de beneficiar a la República, habrán de provocar por parte de sus enemigos una reacción desfavorable para los ideales de Libertad y Justicia que el nuevo régimen encarna».

El saqueo del kiosco, de entrada, causó un enfrentamiento entre el diario y el Ayuntamiento de Murcia, organismo al que se solicitó sin éxito licencia para reparar los destrozos. Sin embargo, esta petición se realizó en junio de 1932, un año después del asalto. Según el periódico, «no se hizo antes, porque se esperó prudentemente a que se aquietaran las pasiones desbordadas». Entretanto, las ventanas fueron tapiadas. Ante la negativa municipal de conceder la licencia, La Verdad intentó arrendar el kiosco a un jardinero, que pensaba utilizarlo como exposición de flores. Pero cuando el futuro inquilino solicitó la licencia, también le fue denegada.

En aquel año era alcalde de Murcia José Moreno Galvache, republicano convencido y farmacéutico. Curiosamente, el primer edil sería declarado en 1936 «enemigo de la República» por testificar en un juicio a favor de los militares que impidieron la entrada en Murcia de la llamada Columna de Hierro, formada por anarquistas, entre otros. Exiliado primero en Tánger, Moreno Galvache moriría en México, donde regentaba una farmacia.

El 19 de marzo de 1932, durante la reunión del Concejo, se leyó el informe de un inspector de Sanidad municipal, que certificó el lamentable estado del kiosco y lo calificó como «foco de infección y peligro para la Sanidad pública». Se ordenó la retirada inmediata de los restos.

En la sesión también se leyó el recurso presentado por La Verdad contra el derribo. No fue tomado en cuenta. Desde entonces, muchos cuestionarán el informe sanitario que el diario describirá como «una patraña».

Aquella sesión, donde también se aprobó el presupuesto municipal -no alcanzaba los cinco millones de las antiguas pesetas- acabó a las cuatro de la mañana. Apenas tres horas más tarde, los operarios comenzaban el derribo. Un día después, el semanario satírico Don Crispín anunciaba que el kiosco «ha caído a impulso de la piqueta municipal» y añadía, de forma burlona, que «el Alcalde ha solucionado el problema de los parados», en referencia a las informaciones del periódico sobre el crecimiento del desempleo. Pero a pesar de los ataques, La Verdad sería el único diario murciano que resistiría la entonces próxima Guerra Civil."

Rafael Castillo Saiz [Murcia, ? - Murcia, 1950] fue uno de los arquitectos más reputados de Murcia en el periodo de entreguerras. Entre sus obras más destacadas podemos mencionar: la restauración y reforma de la fachada del Santuario de la Fuensanta, dotándola de nuevas torres y campanarios, la restauración y reforma integral del Convento de la Merced (actual Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia) para los H.H. Maristas, y la construcción del nuevo colegio de los H.H. Maristas en el Malecón.

Su estilo es una mezcla entre el academicismo y las corrientes neobarrocas historicistas que tienen su mejor plasmación en la fachada que diseñó para Convento de la Merced.

Ocupó los cargos de: arquitecto jefe del Registro Fiscal, arquitecto jefe del Catastro Urbano Arquitecto provincial para Murcia del Banco de Ahorro y Construcción. Así mismo fue presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País.


Quisiera dar las gracias a todos aquellos que a lo largo de los años nos proporcionaron informaciones sobre este curioso quiosco, y muy especialmente a Juan Carlos Muñoz, Vaico y Mª José Lario.

FUENTES
  • Botías, A. "El kiosco donde no crecieron flores". Diario "La Verdad" 14/12/2008
  • Diario "La Verdad" 1/07/1924