¡¡¡SALVEMOS LA "FUNDICIÓN FRIGARD" DE CARTAGENA!!!
Aspecto actual en Junio del 2017. Ya ha perdido todos los letreros originales y los balcones de hierro de la izquierda |
En el resto de la Región no hay nada parecido, pues la antigua fábrica de harinas “La Innovadora” de la carretera del El Palmar, declarada BIC, es un edificio de un estilo neomudéjar que no se puede considerar en ningún caso modernista, y cuya relevancia está muy alejada de la calidad extraordinaria de la “Fundición Frigard”.
Pero es que tampoco hay nada semejante en el todo el sureste español, debiéndonos remontar a la provincias de Valencia o Barcelona, para encontrar ejemplos de industrias equiparables.
Por todo ello este edificio merece ser preservado íntegramente como símbolo para la generaciones venideras de lo que fue la mayor época de esplendor de la ciudad de Cartagena, cuyas cotas de modernidad alcanzaron incluso hasta las más modestas construcciones industriales.
D. Julio Frigard Canú era un marsellés que vino a España para hacer el desagüe de las minas de Sierra Almagrera y que así pudieran reformarse y ampliarse. Aquí conoció a Adela Sánchez, hija del que por entonces era alcalde de Lorca, con la que se casó, estableciéndose de forma definitiva en Cartagena.
La primera Fundición la instaló inicialmente en el Barrio de la Concepción, para trasladarla posteriormente a la carretera de entrada al Barrio de Peral, bajo el nombre de «La Maquinista Agrícola, Minera y Marítima».
El edificio original fue obra del maestro de obras José Sáez de Tejada en 1892. Era una sucesión de tres naves rectangulares, de 30 por 20 metros de largo y 5 de altura, rodeadas por una verja de hierro que encerraba el patio. Las paredes eran de mampostería, de 45 cm de espesor y verdugadas de ladrillo. Los cimientos eran de hormigón hidráulico y la cubierta a dos aguas, de placas de cinc ondulado y lucernario, sobre armaduras de madera. Estaba dedicada a fundición y maquinaria.
En 1918 Víctor Beltrí, que unos años antes había realizado un proyecto de porchada, recibe el encargo para su reforma y ampliación. La obra que realiza está en línea con el estilo sezessionista de sus obras de aquellos años, y es una de las mejores del arquitecto.
El grupo consta de la parte industrial y de un magnifico edificio de oficinas en la esquina. La decoración, con originales diseños en todos los detalles, es a base de círculos, líneas paralelas y cornisas dentadas, destacando los dibujos de los hierros de los balcones. A pesar de ser una decoración puramente geométrica, como en casi todas sus obras Beltrí incorpora unos detalles vegetales, en este caso en la embocadura del balcón principal.
Los almacenes y naves proyectados tienen cubiertas y ventanas curvas, y dejan intercaladas una serie de patios que luego se cerrarían con las obras. La fachada contigua a los almacenes se incurva siguiendo el ritmo de estos. Los frentes de las naves son un gran vano semicircular reforzado con finos pilares, de los que sólo queda con su aspecto original el último.
En la Fundición, al frente de la cual estuvo el hijo del fundador D. Diego Frigard Sánchez, se hacían cables mineros, norays para el puerto de Cartagena y piezas mineras de todo tipo. Pasó a ser propiedad de D. Miguel Rodríguez Yúfera, y con posterioridad de su hijo (inscripción que figuraba en la fachada), que al parecer la cerró en 1927.
Proyecto de Víctor Beltrí de 1918 |
Como se puede observar la nave central es un construcción posterior, pues no aparecía en el proyecto original. También había dos naves más sencillas al fondo, que han desaparecido |
Los almacenes y naves proyectados tienen cubiertas y ventanas curvas, y dejan intercaladas una serie de patios que luego se cerrarían con las obras. La fachada contigua a los almacenes se incurva siguiendo el ritmo de estos. Los frentes de las naves son un gran vano semicircular reforzado con finos pilares, de los que sólo queda con su aspecto original el último.
De las tres naves semicirculares, sólo las dos de las esquinas corresponden al proyecto original de Beltrí |
Aspecto de la última nave que conserva el diseño original |
Con los años se uso como almacén de bebidas, pero hace pocos años también se cerró a principios de siglo.
Su futuro es muy preocupante, dada su estratégica ubicación, su alejamiento del centro urbano y el casco histórico, y el progresivo deterioro que viene agravándose desde que cesó su actividad por pequeños detalles como el que los balcones permanezcan incomprensiblemente abiertos, por lo que se facilita la entrada progresiva del agua que, tarde o temprano, terminará por destruirlo sino se toman medidas urgentes que lo impidan.
Detalle de los balcones abiertos del edificio de oficinas |