Foto del primer boceto de monumento (Archivo Municipal de Cartagena) |
Hacia 1915 el Ayuntamiento de Cartagena acordó, coincidiendo con el traslado a la ciudad de los restos mortales de Isaac Peral y Caballero [Cartagena, 1851 - Berlín, 1895], ilustre marino inventor del submarino, iniciar los trámites para erigir un monumento a su memoria.
Con este motivo se constituyó una Junta de autoridades y personalidades presidida por el diputado a Cortes Sr. García Vaso, abriéndose un concurso de proyectos del que resultó ganador el presentado por el escultor D. Manuel Jorreto Madrona y el arquitecto D. Francisco Reynals y Toledo.
El monumento, de estilo modernista, sería realizado en mármol y bronce, y el lugar elegido para erigirlo fue, como no podía ser de otra forma, el muelle del puerto de esta ciudad, para lo que el Ministerio de Fomento accedió a donar los terrenos correspondientes.
Tras ser adquirido el proyecto por la corporación, se exhibió públicamente en las dependencias municipales, junto a una gran maqueta del monumento. Un mes más tarde, el Ayuntamiento acuerda iniciar una suscripción nacional para recaudar los fondos necesarios para su construcción, principal obstáculo desde el principio para su ejecución.
A finales de ese mismo año la revista “La Construcción Moderna”, en su número del 30/10/1916, se hacía eco de la noticia, a la vez que describía con todo lujo de detalles el monumento:
“Monumento a Peral en Cartagena.- En breve se verificará en Cartagena la ceremonia de colocar la primera piedra del monumento proyectado para honrar la memoria del ilustre marino Isaac Peral, inventor del submarino de su nombre, hijo de aquella ciudad.
El monumento es obra del notable escultor D. Manuel Jorreto y del reputado arquitecto D. Francisco Reynals y Toledo. En su conjunto es sencillo y elegante. La columna que se eleva sobre el pedestal donde descansa la figura sedente de Peral afecta la forma plástica del castillo heráldico de Cartagena. La planta simboliza la Marina, en la silueta exacta del ancla, cuyos tajamares se abren sobre las aguas que la rodean.
Contribuyen a su elegancia y belleza unos grupos de nereidas y tritones, portadores de focos eléctricos y faroles. Del frente principal orientado al mar, levántase impetuosa ola, de la que emerge la simbólica figura del Genio, jinete en un caballo marino: grupo de gran atrevimiento. El golpe de mar rompe contra el bastión donde descansa el sabio inventor. Hállase éste en actitud de estudiar sus planos y escuchando los consejos de la Inspiración, cuya grácil figura surge vaporosa de las aguas.
El frente posterior, cuyo macizo central componen los brazos del ancla en graderías curvas, que ascienden al castillo, ostenta en su base la figura de la Ciencia española guardando la placa conmemorativa del primer ensayo del submarino, realizado en la bahía de Cádiz. Sobre aquella se eleva el castillo, como colosal columna coronado por la Fama.
El inspirado escultor Sr. Jorreto y el notable arquitecto Sr. Reynals merecen cumplida enhorabuena por su obra, que perpetuará dignamente la memoria del ilustre marino.”
También la revista “Blanco y Negro” en su número de 26/11/1916, se hace eco del monumento, en un artículo en el que aparece, junto a las fotografías de los autores, una fotografía de una segunda maqueta, con el siguiente texto:
“Nuestros barcos de guerra vienen practicando viajes de instrucción y ejercicios que siempre, pero más en las presentes circunstancias, están justificados.
Por cierto que parece que ha llegado la hora de hacer justicia a aquel marino insigne que se llamó Isaac Peral, y que murió sin contemplar la gloria que legítimamente le correspondía, y que ahora ha de reconocerle el mundo entero, Peral fue el inventor del sumergible aplicado a la guerra.
El infortunio y la ingratitud le acompañaron los últimos años de su vida; pero la reparación se impone, y testimonio de finalmente se le hace justicia es el monumento que se le va a erigir en Cartagena”
En esta segunda versión del monumento, se pueden observar algunas ligeras modificaciones, tales como el añadido de una pequeña escalera lateral, seguramente con objeto de facilitar el que se pudiesen depositar flores al pie del monumento.
En marzo de 1917 los dos autores, acompañados del maestro de obras D. Severiano Montolo, que había sido elegido para dirigir la construcción del monumento, visitaron Cartagena para ultimar los detalles con el Ayuntamiento.
Pero al parecer había serios problemas de índole económico, por lo que según reseñaba la prensa: “Manuel Jorreto y Madrona, para allanar en cuanto de él dependía las dificultades de orden económico con que tropezó la idea en su iniciación, tuvo el rasgo plausible de renunciar a percibir un solo céntimo por su proyecto, trabaja incansable en Madrid, en su estudio del paseo de Rosales, en dar cuerpo a las figuras.”
Para darle más relevancia al acto, el Ayuntamiento decidió “dirigir al Rey, en un mensaje recientemente puesto en las manos augustas, solicitando que sea el propio D. Alfonso XIII quien coloque la primera piedra del monumento a Peral. La sola esperanza de que así ocurra ha llenado de júbilo a Cartagena”.
En julio, la prensa anunciaba la inminencia de la colocación de la primera piedra y se ampliaba la información sobre su diseño indicando que albergaría una cripta museo, para conservar los restos del primer submarino, hasta entonces en el muelle de Cartagena.
La piedra fue finalmente colocada en un lugar muy próximo a la farola central de la explanada del muelle de Alfonso XII, aunque creemos que finalmente el Rey no estuvo presente en el acto. Pero lamentablemente el monumento nunca fue terminado, quedando como muestra de lo que pudo haber sido, la piedra fundacional, ya que la iniciativa quedó paralizada por motivos que desconocemos, entre los que no faltarían los económicos. La prensa hablaba textualmente de diversas “insidias y calamidades”, como los motivos para su no construcción.
El arquitecto Francisco Reynals y Toledo [Madrid,? - Madrid, 1926] coautor del proyecto, fue junto con su hermano Eduardo, uno de los impulsores del modernismo en la ciudad de Madrid.
Estudio en la Escuela de Arquitectura de Madrid finalizando sus estudios en 1879. Ejerció como arquitecto provincial de Teruel, al menos entre 1886 y 1892. Con posterioridad ocupó el cargo de Jefe del Catastro Urbano de Madrid, desde donde participó activamente en la creación de la Junta Provincial de Monumentos. Era miembro de la Academia de San Fernando y estaba condecorado con la Gran Cruz de Alfonso XII. Además de obras en la capital, en donde destaca la modernista Casa Juan Horma, cuenta con obras en las provincias de Teruel, Guadalajara, Palencia y Valladolid.
No sabemos si este proyecto para Cartagena, fue un hecho esporádico en su carrera, o estaba relacionado con alguna otra actividad profesional, o personal en la zona (su padre era natural de Alicante), siendo tal vez autor de algunos de los edificios que todavía permanecen dentro del anonimato en el sureste de España.
Del otro autor, Manuel Jorreto Madrona, se sabe bastante poco. Titulado por la Escuela de Bellas Artes de San Fernando Madrid, ejerció como escultor y pintor realizando importantes obras cómo, entre otras muchas, el busto infantil de Alfonso XIII, que se encuentra en Palacio Real de Madrid.
Fuentes
- Archivo Guillermo Cegarra Beltrí
- Archivo Municipal de Cartagena
- Diario “El Faro de la Juventud” de 6 de septiembre de 1920.
- Diario “El Porvenir” 15 de mayo de 1917; 24 de octubre de 1917; 7 de mayo de 1925
- Diario “El Tiempo” de 21 de septiembre de 1916.
- Diario “La Tierra” 6 de marzo de 1917
- Revista “Blanco y Negro” nº 1332, de 26 de noviembre de 1916
- Revista “La Construcción Moderna”, 30 de octubre de 1916
Lástima que no se realizara, otro proyecto para "arquitectura de plano" o maqueta en este caso.
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