La histórica villa de Caravaca de
la Cruz conserva en su casco urbano un conjunto histórico-artístico único, en el que se ubican importantes
templos y edificios de estilo barroco, pero en donde no se conserva ningún
edificio que podamos considerar claramente modernista.
No obstante hay una pieza única y
excepcional que merece por sí sola una visita a esta bella ciudad.
Se trata de una soberbia puerta
del mejor estilo modernista, que no tiene parangón con ninguna otra de la
Región de Murcia, y que bien pudo haber sido traída por sus propietarios de la
misma Barcelona.
Las dos hojas simétricas están profusamente adornadas en la parte superior
con onduladas y sinuosas formas vegetales y los clásicos coup de fouet (golpe de látigo), tan característicos del modernismo
belga y francés. En la parte inferior de cada hoja destaca un florón vegetal que
representa una grotesca figura con la boca abierta, que parece que va a
hablarnos de un momento a otro.
El edificio en el que se encuentra
ubicado, en el nº 44 de la Gran Vía formando esquina con la Avenida Juan Carlos
I, es de los que pasan casi desapercibidos para cualquier visitante. De estilo claramente ecléctico,
además de la mencionada puerta, apenas
destacan las sencillas rejerías de serie de los balcones, ligeramente
modernistas, y los esgrafiados bajo el alero.
No sabemos nada sobre quien fue el
ebanista autor de la puerta, ni de los propietarios originales del inmueble.
Como siempre cualquier
información será bienvenida.
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