En la localidad de Alhama de Murcia, apenas hay unas pocas obras de estilo modernista dignas de ser mencionadas. No obstante, en las afueras de la localidad, y muy cerca de una conocidísima industria cárnica, en el denominado paraje de la Algodonera (nombre que hace alusión a la industria de extracción de fibra que hace años se ubicaba allí), existe una vivienda muy interesante, conocida como la “Casa de la Algodonera”, porque en su tiempo se ubicaron en ella las oficinas de esta empresa.
Se trata de una vivienda rural de colores azulados que destaca desde lejos, exenta y coronada por una pequeña torreta situada en una esquina, lugar desde donde se controlaban las plantaciones de algodón, y que presenta elementos modernistas que hacen que sea bastante interesante y atractivo.
Lo más singular de la obra es sin duda el recubrimiento cerámico de diversos colores que todavía se puede ver en la parte superior bajo el alero, incluyendo la torreta, y que según nos contaron su actuales propietarios, recubría en su día por completo las cuatro fachadas del edificio, hasta que empezaron a desprenderse, optándose por quitar la mayoría, lo que es una verdadera lástima, ya que en su día debía de lucir de forma espectacular.
En el edificio también destaca la sobria rejería, también de corte modernista, así como el ventanal del balcón principal, de clara inspiración sezession.
Según esos mismos amables propietarios (de los que lamentablemente no consigo recordar su nombre), el propietario fue D. Álvaro Figueroa y Torres [Madrid, 1863 – Madrid, 1950], más conocido como el Conde Romanones, título que le fue concedido a los 30 años por el Rey Alfonso XIII.
Figueroa era el segundo hijo de Ignacio de Figueroa y Mendieta y Ana de Torres y Romo, Marqueses de Villamejor. Esta acaudalada familia, una de las más ricas de España, tenía bienes raíces e importantes posesiones en toda la provincia de Guadalajara. Así mismo eran propietarios de minas en La Unión, y de una fábrica de desplatación y moneda en Cartagena.
Estudió Derecho en Madrid y Bolonia, y a la finalización de estos estudios se inició en la política municipal de Madrid, donde ocupó el cargo de Alcalde en tres ocasiones, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.
En 1902, Sagasta lo nombró Ministro de Instrucción Pública, iniciando así una carrera que habría de durar hasta el advenimiento de la II República.
Siempre militó en las filas liberales, si bien liderando su propia facción política. En 1903 fundó su propio periódico, el “Diario Universal”, que se convirtió en su órgano político personal.
Ese mismo año fue elegido Diputado por Murcia, un período que coincidió con el desempeño de su cargo como Ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas.
Casi con toda seguridad, es durante esta etapa cuando pudo construir la mencionada “Casa de la Algonodera”, de la que ignoramos su autor, pero que bien pudiera ser alguno de los que por entonces trabajaba en La Unión o Cartagena.
Durante los siguientes 30 años, desempeñó seis carteras ministeriales distintas, algunas como Instrucción Pública y Bellas Artes, y Gracia y Justicia, hasta en cuatro ocasiones. Fue Presidente del Congreso de los Diputados y del Senado, y presidió el Consejo de Ministros en tres ocasiones. Fue ininterrumpidamente elegido Diputado por Guadalajara, su feudo, durante más de 40 años.
Él fue quien aconsejó a Alfonso XIII en 1931, asustado por el cariz que tomaban los acontecimientos, que abandonara temporalmente España. Durante la República continuó como Diputado en las Cortes, donde intentó defender el papel del Rey, pero su estrella política se había apagado definitivamente.
Me he tomado la libertad de ilustrar con una de tus fotografías, una de las entradas del blog (https://enlacesdojo.blogspot.com/) que utilizo con mis alumnos de 6º de primaria del CEIP Ricardo Codorníu de Alhama .
ResponderEliminarEs su primer acercamiento al Modernismo y he pensado que hacerles saber que en Alhama también recaló el Modernismo, les sería motivador.
Gracias.
Sin problemas. Gracias por informarme. La mayoría de la gente no lo hace.
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