Aspecto original de Mercado al poco de ser inaugurado. |
A finales del siglo XIX, como consecuencia de un auge transitorio,
Jacinto Conesa García [San Pedro del Pinatar, 1860-?, 1930] |
En 1899 se planeó de forma definitiva construir
un nuevo Mercado, que sustituyera al antiguo que era claramente anticuado e
insuficiente, dentro de un plan de mejoras urbanas elaborado por el arquitecto
Pedro Cerdán Martínez (1862-1947), tras varias tentativas anteriores
infructuosas.
En ese plan Cerdán expresaba la
necesidad de construir un mercado de hierro y una lonja “en un emplazamiento mucho más céntrico y adecuado donde el movimiento y la
actividad pueda desarrollarse holgadamente”. Ello demuestra que
sobre todo había un problema de espacio en el núcleo recientemente surgido, así
como un crecimiento vertiginoso de la población. Pero además había otras dificultades:
debía construirse en un lugar céntrico, que además estuviera despejado.
En enero de 1900 se aprueba el proyecto de
urbanización y construcción del Mercado en la zona limitada por las calles
Mayor, Taller y Parras y, lo que era más importante, junto a la estación del
tranvía a vapor. Cerdán también proyectó para el futuro Mercado una glorieta de
120 x 36 metros
que obligó a derribar una serie de casas humildes. Junto al Mercado estaba
previsto construir una lonja que por su proximidad permitiera abaratar los costes
de transporte hasta éste.
Tras una gran polémica sobre su
ubicación, finalmente, y por acuerdo municipal del 11 de mayo de 1901, se aprobó
su construcción en los terrenos de D. Francisco Rentero según el proyecto que
éste adjuntaba elaborado por Beltrí, en detrimento del de Cerdán, aunque el
encargo oficial se retrasó hasta el 19 de Octubre de 1903.
Sin embargo Beltrí no dirigió
la obra, tal vez por la cantidad de trabajos que tenía en Cartagena, o por la
lejanía de La Unión
(no debemos olvidar que en esa época los desplazamientos no tenían nada que ver
con los de ahora). No obstante en los “Libros de trabajos
por encargo” de
la fundición “La Maquinista
de Levante”, responsable de la formidable estructura metálica, aparece a
finales de 1902 el encargo de Beltrí de varias columnas y pilastras destinadas
con toda seguridad al mercado. Finalmente fue el propio Pedro Cerdán el
encargado de su dirección respetando en gran medida el proyecto original,
aunque introdujo algunos cambios.
La primera piedra se colocó en octubre
de 1903 y las obras se prolongaron hasta 1907 sufriendo numerosos retrasos,
siendo el más curioso el provocado por un error al tomar las medidas para la
estructura de hierro en la fábrica de “La Maquinista de Levante”. Finalmente el Mercado fue
inaugurado en 1908.
Este edificio es una de las joyas de la arquitectura
de la provincia y uno de los mejores edificios de Beltrí, construido de acuerdo
con las exigencias técnicas de los nuevos materiales, el vidrio y el hierro, en
el auge de la arquitectura modernista.
El Mercado posee una planta de desarrollo longitudinal y está atravesada por una nave menor en cuyo cruce se levanta una sombrilla metálica octogonal. Los muros exteriores son de mampostería enfoscada y los paños están horadados con cinco arcos angulares de pilares de ladrillo. El edificio está rematado por formas puntiagudas que nacen de motivos vegetales, acentuando la monumentalidad de la edificación.
En el edificio se conjugan la
utilización de materiales tradicionales y modernos. El hierro se empleó sobre
todo en el interior, aprovechándose para cubrir amplios espacios, manteniendo la
limpieza del edificio y evitando obstáculos. La formidable estructura de hierro
era de la mencionada fundición “La Maquinista de Levante” que utilizó materiales
procedentes del extranjero. Las columnas, con arriostramientos de cercha, son
muy esbeltas y consiguen un efecto de amplitud y diafanidad asombrosas. También
sorprenden las excelentes soluciones arquitectónicas adoptadas para poder
aprovechar al máximo todos los rincones del edificio.
Con respecto a la cúpula o “sombrilla”, cabe
destacar su tambor, confeccionado con vidrio y sustentado con una estructura
metálica reticular simple pero muy original y bella a la vez. Está rematada en
su punto más alto por un elemento arquitectónico realizado en mampostería y que
es sin duda un capricho de formas simples con nervios que lo envuelven, y que en
la actualidad se encuentra inclinado notablemente y sin la aguja metálica, al
igual que los remates centrales de cada fachada, que también la han perdido.
En el exterior de la fachada sur se
encuentran insertados entre los vanos, dos relieves alegóricos, enmarcados por
una moldura, a cada lado de la puerta. El relieve del lado izquierdo representa
el cuerno de la abundancia, adornado con racimos de uvas. El del lado derecho
representa un pez volador, una gallina y un tridente de Neptuno.
Dignos de mención también son una serie
de soportales, donde se colocaban antiguamente los tenderetes, cuyas cubiertas
están soportadas por unas bellas estructuras metálicas con formas vegetales,
plenamente modernistas. Dos torretas que poseen un cierto aire andaluz
flanquean la entrada principal.
En el interior hay dos curiosas
escaleras de caracol con descansillos, que servían para acceder a las oficinas
de abastos y al reloj interior. Dignas de mencionar son también las ocho
fuentes de piedra existentes a lo largo del cuerpo central.
Las dimensiones del Mercado son: 49,4 metros de ancho
máximo, 23,5 metros
de fondo desde la boca y 21,3
metros de altura máxima.
Interior de Mercado, cuando todavía funcionaba como tal. Obsérvese la farola y el puesto central de flores. |
La farola después de su traslado al centro de la plaza frente al Mercado. Hoy está en paradero desconocido. |
“Cuando éste se construyó, hubo bastante resistencia por parte de los
usuarios del viejo. La gente, en general, es muy rutinaria, y le molesta y
asusta cualquier innovación; y aquella, aunque atrevida, no podía estar más
justificada. En vez de tierra, la cochambre, las moscas de los puestos
antiguos, puestos nuevos, aseados, blancos azulejos. Todo bien dispuesto y clasificado.
En el centro, puestos de flores. Las carnicerías y pescaderías, relucientes,
grandes gasas protectoras contra insectos. Herramientas, cuchillas brillantes,
delantales limpios. Las floristas, con sus gorros y manguitos blancos, impecables.
Y en lo alto, en una plataforma a la que se accedía por una escalerilla, la
banda Municipal. La Banda ,
uniformada, estupenda, completa, dirigida por el maestro Juan Ibáñez, amenizaba
jueves y domingos las operaciones del mercado. Pues todo esto, que venía a
sustituir la mugre por la higiene, viejas rutinas por nuevos métodos, a dar una
nota cordial y alegre, no fue debidamente comprendido y apreciado. Lo de
siempre: que había costado mucho dinero, que era una ruina... Quizá en ello influyeran
las típicas rencillas políticas del pueblo. El caso es que aquello que podía
haber sido ejemplar y mereció el elogio de otras ciudades, duró poco más o
menos los que su creador - Don Jacinto Conesa - al frente de la Alcaldía. Las
verduleras y las floristas, los carniceros y pescaderos, se apresuraron a
desprenderse de manguitos, delantales, gorros y gasas, tan pronto como él
desapareció. Pero había otra causa, quizás la principal, de su escaso éxito: el
lugar de su emplazamiento. Otra suerte hubiese corrido si se hubiera
construido, para mayor comodidad de las amas de casa en sitio más céntrico de
la población”.
Cartel anunciador del 55 Festival Internacional del Cante de las Minas |
Para adecuarlo a este uso, para el que inicialmente
no estaba diseñado, el Antiguo Mercado (rebautizado por el Ayuntamiento como “Catedral
del Cante”) ha sido sometido a diversas reformas tales como el acondicionado de
la cubierta central, la sustitución del suelo original de piedra de cantera, o
la instalación de alumbrado interior, aire acondicionado, paneles acústicos y
un escenario, que ocultan parcialmente su estructura interior. La reforma más
importante fue realizada en 1985 por el arquitecto Pedro Antonio Sanmartín Moro.
Su aforo actual es de 1.400 personas.
El
edificio está declarado Monumento Histórico Artístico por orden ministerial de
15 de marzo de 1975.
Es un edificio muy interesante. Impacta en La Unión por el tamaño, estructura y esbeltez
ResponderEliminarUna joya.Preciosa!!!
ResponderEliminar