Entre el primer edificio modernista del arquitecto José Antonio Rodríguez, la Casa Díaz Cassou (1900-1908), y el último, el de la "Ferretería Guillamón" (1920-1924), pasaron una veintena de años durante los cuales Rodríguez apenas empleó dicho estilo en sus edificaciones, lo cual es cuando menos, sorprendente.
El empleo del modernismo en esta última obra es algo inusual ya que está fuera de época, pues el modernismo había pasado de moda hacía unos años, siendo esta la última obra realizada en dicho estilo en la Región de Murcia.
Seguramente ambos edificios se diseñarían siguiendo las directrices y adaptándose a los gustos de los propietarios, Pedro Díaz-Cassou y Víctor Guillamón Saorín, respectivamente.
Imagen antigua en la que se puede entrever ver a la izquierda el edificio de la Ferretería |
Este edificio de planta baja y tres pisos, se levanta en una parcela irregular ubicada en la zona más señorial de la capital murciana, entre la zona de la Glorieta (en aquellos tiempos más conocida como El Arenal) y la Plaza de Belluga.
La estrechez de las calles Frenería, Sol y San Patricio, que lo delimitan, hace que tanto su contemplación como el fotografiarlo, sean tareas bastante complicadas.
Detalle de una de las cúpulas |
En el edificio de la "Ferretería Guillamón", y para solventar los problemas de la parcela, el arquitecto opta por la solución de construir dos miradores circulares en cada una de las esquinas rematados por una cúpulas de zinc ligeramente abombadas y adornadas en su parte superior por guirnaldas doradas, que le dan al edificio un cierto aire afrancesado y señorial.
Fachada de la calle Frenería |
Fachada de la calle San Patricio |
Las tres fachadas siguen el mismo estilo compositivo, siendo la de la calle Sol, más larga que las de las calles Frenería y San Patricio.
Detalle de uno de los tragaluces de la antigua Ferretería |
Rotulo con el nombre del establecimiento |
Además de estos miradores, hay que destacar las rejerías de los balcones y los tragaluces de la planta baja, y el rótulo metálico del establecimiento original, que todavía se conserva.
D. Víctor Guillamón Saorín era, casi con toda seguridad, natural de Ricote, y debió de establecerse muy joven en la ciudad de Murcia en busca de trabajo, entrando a trabajar en una ferretería, negocio que adquirió al cabo de unos años.
La "Ferretería Guillamón" pasó por diversos locales de la capital, quedando finalmente instalada en los bajos del edificio de su propiedad.
El Sr. Guillamón participó en otros negocios como la "Sociedad de Seguros La Positiva". Así mismo, poseía diversos terrenos agrícolas en Ricote. Fue también miembro activo de la Cámara de la Propiedad Urbana de la provincia de Murcia, en donde llegó a ocupar el cargo de tesorero.
Estuvo casado al menos dos veces, ya que su primera esposa, falleció apenas unos días después de su boda, con sólo 20 años de edad.
La última referencia que conocemos de él es de 1938, en plena Guerra Civil, por lo que suponemos que pudo fallecer en la contienda.
La ferretería pasó a manos de sus hijos, y siguió funcionando al menos hasta mediados de los años sesenta.
El edificio, propiedad todavía de la familia, está actualmente dedicado a oficinas, y la antigua ferretería alberga un establecimiento comercial.
Se encuentra en muy buen estado de conservación tras una reciente restauración, y afortunadamente cuenta con un grado de protección 2 (Estructural).
La última referencia que conocemos de él es de 1938, en plena Guerra Civil, por lo que suponemos que pudo fallecer en la contienda.
La ferretería pasó a manos de sus hijos, y siguió funcionando al menos hasta mediados de los años sesenta.
Publicidad de la década de los sesenta de la Ferretería |
Se encuentra en muy buen estado de conservación tras una reciente restauración, y afortunadamente cuenta con un grado de protección 2 (Estructural).
Algunas precisiones sobre Don Víctor Guillamón Saorín:
ResponderEliminarEfectivamente fue natural de Ricote, localidad a la que volvió muchas veces, en la que mantuvo varias propiedades y tierras, rescatando de la miseria que reinaba en aquella época, a muchísima gente en el pueblo.
Afortunadamente no falleció en la Guerra Civil, sino unos años más tarde, de muerte natural, en 1947. Durante la guerra, mantuvo su ideal monárquico y de derechas, fue obligado a colaborar con la república comprando armamento y aviones, y a pesar de ello, encarcelado por los republicanos, y rescatado de prisión por todos sus empleados, que lo avalaron como persona buena y “camarada ejemplar”. A pesar de su carácter fuertemente empresarial y ahorrativo, propio de las personas hechas a sí mismos, destacaba por su solidaridad y comprensión por los necesitados. La Ferreteria Guillamón fue regentada después por su único hijo, José Guillamón Soler y posteriormente por sus nietos Víctor y José Guillamón Hernández-Mora. Estos La mantuvieron hasta principios de los años 80, tiempo en el que se centraron en el modelo de negocio patrimonial que hoy, sus bisnietos, intentan llevar con el mismo orgullo, honestidad y rectitud con el que hicieron alarde sus mayores.
Muchísimas gracias por tu aportación Fernando. Creo que ahora queda completa la historia de la familia Guillamón. ¿Podrías facilitarnos alguna fotografía de D. Víctor para terminar de ilustrar tu comentario?
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