domingo, 3 de marzo de 2019

111.- TORRE CATÁ - C/ Catá. Los Dolores - Cartagena

Magnífica imagen en la que se pueden apreciar los detalles del edificio,
incluyendo la rejería y el porche, antes de ser expoliados
(Fotografía: Archivo Francisco Legáz)

El presbítero D. Joaquín Catá Dorda, pariente de la familia minera Dorda, poseía acciones de la mina del Cabezo Rajado y gracias al auge de la minería, consiguió hacer con ellas una buena fortuna. Con el dinero obtenido, decidió construirse un palacete en Los Gabatos, a las afueras de Cartagena, encargando el proyecto al arquitecto Víctor Beltrí. 

La vivienda se encontraba ubicada en la Calle Catá, al parecer ente “Villa Lolita”, también obra de Beltrí y actualmente en un pésimo estado de conservación, y la ya desaparecida “Villa Claudia”.

"Villa Lolita", que se encuentra en un estado lamentable de conservación
Cuadro en el que se muestra la "Torre Catá" junto a la desaparecida "Villa Claudia"

Probablemente el arquitecto debió construir esta villa en la misma época que la “Casa Dorda Bofarull”, es decir alrededor de 1903. Algunos motivos de la fachada principal son idénticos a los de la citada casa: de hecho este tipo de guardapolvos sólo aparece en estos dos edificios. 

Al fallecimiento del sacerdote, y tras una temporada en que fue ocupada por la familia Rodríguez Belza, Jesualdo Soler Rodríguez (Cartagena, 1878 – Cartagena, 1958), amigo del arquitecto y promotor en esta ciudad del movimiento obrero cristiano de principios de siglo (“Círculo Católico” y “Academia Católica”), así como de la prensa católica (“El Eco de Cartagena”), adquirió “Torre Catá” a sus albaceas, pagando unas 25.000 pesetas de las de entonces. 

El escritor e historiador Juan Soler Cantó (1917-2004), hijo de Jesualdo Soler, describe en un libro inédito, al que hemos tenido acceso, los también llamados “Huertos de Catá”, que conoció de primera mano: 

“..estaban compuestos de dos terrenos cercados con rastrillo de madera (en medio había un callejón) en uno de los cuales estaban las cocheras, la noria y el huerto de hortalizas, canalizaciones de riego cubiertas atravesando el callejón. En el terreno de más 6.000 m2 estaba la casa principal (“Torre Catá”), la de los caseros, la granja y una casa de alquiler. El terreno, con dos aljibes cubiertos para bebida contaba con riego de la noria y tenía invernadero, umbráculo, porches cubiertos de enredaderas y dos cenadores circulares. El jardín poseía numerosas y raras especies vegetales destacando por la calidad y lo escogido de las especies cultivadas, digno de un botánico.” 

Dibujo en el que se muestra la distribución del edificio 

El edificio principal constaba de un bloque central con planta baja y un piso, y dos alas laterales de planta baja, sobre las que había dos amplias terrazas, sostenida la superior por dos columnas de fundición que se apoyaban en la baranda de la inferior. En la primera había una campana llamada “Manuela”, fechada en 1863, y que seguramente fue rescatada por el presbítero de alguna iglesia o ermita. 


La forma poligonal de los bloques laterales, con sus ventanales curvos y su puntiagudo almenado modernista, le daban gracia y movilidad al conjunto. 

Como era costumbre en los edificios burgueses tenía dos tipos de fachadas: la principal con detalles modernistas, más barrocos y elaborados, mientras que la fachada posterior y las laterales contenían menor número de motivos en sus embocaduras. Un gran acierto era el uso de la decoración cerámica del piso superior, que sin duda le daba un toque de color muy atractivo. Digna de mención era la bella barandilla de forja modernista de la terraza superior, en la que estaba situado un cartel curvo con el nombre de la vivienda: “TORRE CATÁ”. 

El tejado a cuatro aguas estaba cubierto de tejas, que ignoramos si hacían algún dibujo de color, y estaba rematado por una crestería de cerámica similar a la del edificio principal del "Huerto de las Bolas".

“Torre Catá” es una buena muestra de los elementos arquitectónicos que Beltrí utilizaba con frecuencia, tales como: columnillas, cerámica y alero. Su modernismo preludia en este edificio una mayor barroquización. La voluminosa forma vegetal, colocada en las cuatro esquinas de la cornisa era muy llamativa.

Seguimos describiendo el interior del edificio en palabras de Juan Soler: 

También eran selectos los materiales con que estaba construida la casa principal: puertas en pino Canadá, manivelas de porcelana decorada, barandas y rejas artísticas, azulejos, pomos, etc. Y para nuestra comodidad teníamos una baranda entoldada en la fachada principal con dos marquesinas de verano, dos grandes estancias laterales dedicadas a Capilla pública y a sala de billar, un recibidor central y un salón de recibir, comedor, cocinas, baño, trastero y despensa amplia constituían el bajo, 1 metro sobre el piso del jardín. Cancelas de cristal grabado y pintado aislaban la escalera central y bifurcada en lo alto que conducía al piso superior dedicado a dormitorios que tenían acceso por una galería de arcos y columnas sobre la escalera y que tenían amplia ventilación en las terrazas. Era una casa amplísima cómoda y lujosa.” 

En 1986, cuando Pérez Rojas escribió su libro, la villa se encontraba cerrada y en un avanzadísimo estado de deterioro: ya había desaparecido la terraza superior, incluidas las columnas de fundición y la rejería y tenía la escalera principal ya parcialmente derruida. En 1994 ya había sido derribada. 


Fotografías publicada por F.J. Pérez Rojas en la que se puede apreciar
el avanzado estado de deterioro que presentaba "Torre Catá" a mediados de los ochenta

De la casa original sólo se conservan los pomos de porcelana de las puertas y la campana, en poder de la familia Soler Fernández. 

Pomo de porcelana original de "Torre Cata"

Quisiera públicamente agradecer, una vez más, a Fernando Soler por sus informaciones, fotos y dibujos inéditos sobre “Torre Catá” y cederme en su día los apuntes biográficos de su padre, Juan Soler Cantó, y a Francisco Legaz por cedernos en su día la fotografía más antigua en la que se puede apreciar el diseño original del edificio.

Fuentes
  • Cegarra Beltrí, Guillermo; Ferrández García, Juan Ignacio y Rodríguez Martín, José Antonio. “Víctor Beltrí y Roqueta (Tortosa, 1862 – Cartagena, 1935): Arquitecto modernista”. Edición 150 Aniversario (sin publicar).
  • Cegarra Beltrí, Guillermo y Sánchez Espinosa, Elvira. "Arquitectura Modernista en la Región de Murcia". 
  • Pérez Rojas, Francisco Javier. "Cartagena 1874-1936. Transformación urbana y arquitectura". Cartagena: Editora Regional de Murcia. 1986
  • Soler Cantó, Juan. “Apuntes biográficos” (sin publicar)
  • Soler Fernández, Fernando (testimonio oral).

6 comentarios:

  1. Estupenda información e imágenes.Ser de la familia Beltri es todo un honor pero tampoco me hubiera importado ser de los Dorda!!Gracias Guillermo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un placer. Así da gusto con lectores como tú, aunque seas de la familia.

      Eliminar
  2. Magnifico reportaje Guillermo. Me han encantado los dibujos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Valentí. Lo de los dibujos es algo extraordinario, pues rara vez consigues algo así dibujado por alguien que habitó una casa que ya desparecida.

      Eliminar
  3. Yo iba alli a la catequesis que la impartió la Señorita Berta. Y era preciosa tenia una capilla muy bonita.

    ResponderEliminar
  4. Enhorabuena por el reportaje. ¿Podría compartir más información acerca de Villa Lolita? Es una lástima tanto su estado como lo desconocida que es, empezando por su cronología.

    ResponderEliminar