sábado, 19 de febrero de 2022

144.- EDIFICIO JUAN DÍAZ (desaparecido).- C/ Puertas de Murcia, 24. Cartagena

 

Como digo tantas veces, cuando uno cree que ya está todo descubierto, de pronto mirando una antigua fotografía descubres algo que te llama la atención, y cuando la agrandas te llevas una sorpresa.
Fotografía extraída del
Blog La Opinión de Murcia: Historias de Cartagena "La Conexión Puertas de Murcia-Morería"
Eso es lo que me ha ocurrido con una imagen aparecida en la última entrada del blog del Periódico "La Opinión", "La conexión Puertas de Murcia-Morería", del que es autor el Presidente de la Comisión Beltrí y Cronista Oficial de Cartagena, mi amigo Juan Ignacio Ferrández.

En dicho artículo Juan Ignacio explicaba que el mencionado inmueble, que tenía tres plantas y bajo, estaba situado en el nº 24 de Puertas de Murcia y que por su parte trasera conformaba el callejón de Juan Álvarez. Esta construcción era un anacronismo en las Puertas de Murcia, la calle más transitada de Cartagena a principios del pasado siglo, ya que producía un importante estrechamiento en la vía al estar enfrentado en la otra acera con el nº 17, que también estaba fuera de alineación, lo que llegó a provocar diversos accidentes de tranvía.

Según comenta Juan Ignacio, el Ayuntamiento planeó en 1901 su expropiación para proceder a su derribo, pero la iniciativa no prosperó pese al apoyo de los vecinos de la zona. Al contrario, su propietario Juan Díaz, procedió en esas fechas a reformar el edificio, dándole el aspecto que se puede observar en la fotografía.

La reforma, decididamente modernista, le dio un aspecto singular que no se parece a ningún otro edificio realizado por esa época en Cartagena. Cuando una mira la imagen llaman la atención unos adornos curvos en relieve que son especialmente abundantes en la planta primera, así como unas cabezas en los extremos de las columnas, que bien pudieran ser de Mercurios alados, como símbolo del comercio. Interesantes también eran las embocaduras de los balcones y la balaustrada con motivos vegetales de la azotea.

En sus bajos se ubicaron en distintas épocas la "Farmacia de D. Juan Álvarez"; la afamada "Perfumería y Farmacia de D. Juan Álvarez Gómez" (no confundir con el anterior); y el comercio "El Pequeño Bazar", ignorándose si la decoración de estos locales también fue modernista.

El edificio siguió en pie obstaculizando el tráfico durante décadas, e incluso resistió los bombardeos de la Guerra Civil, hasta que en 1940, y como consecuencia del derribo del edificio del nº 17, el arquitecto municipal Lorenzo Ros comenzó los trabajos para proceder a la alineación de la citada vía, que culminaron en 1944 con la expropiación y derribo del mencionado edificio por parte de la empresa "Carbajal y Torres".

No hemos sido capaces de encontrar información sobre le mencionado propietario D. Juan Díaz, ni tampoco el proyecto original de la reforma en el Archivo Municipal, lo que no es demasiado extraño dada la poca documentación que se conserva de esos años, tanto de prensa escrita como de proyectos de obras, probablemente por los daños provocados por el agua, tal y cómo puede observarse en los pocos proyectos existentes, que se encuentran en bastante mal estado de conservación. 

En cuanto al arquitecto autor de la reforma pensamos que, por las fechas de su ejecución, sólo pudo ser, o Tomás Rico, o Víctor Beltrí, ya que Francisco de Paula Oliver no empezó a hacer obras modernistas hasta bastantes años después. La única pista que tenemos es que 1902 Beltrí procedió a realizar una reconstrucción de la fachada de una casa en el Barrio de Peral para una persona con el mismo nombre, por lo que bien pudo ser también el autor de esta obra.

Quisiera dar las gracias a Juan Ignacio Ferrández por las informaciones facilitadas así como por las fotografías que ilustran esta entrada. 

Fuentes:

2 comentarios:

  1. Una decoración muy original.
    Cuando piensas que tienes toda la información sobre edificios modernistas de un lugar, siempre acaba apareciendo otro nuevo. Una investigación que nunca acaba. Buen trabajo a los dos

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  2. Gracias Valentí. Es cierto, nunca se acaba. De hecho hay cientos de obras que hizo mi bisabuelo, que todavía no hemos sido capaces de localizar. Todavía nos quedan algunas sorpresas por descubrir, seguro

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